Capítulo 9

106 18 5
                                    


JANNA

—Para mí siempre ha sido el jefe macizorro demasiado ocupado para bajar de la planta 60 y venir a vernos. Pero después de hoy... No sé qué pensar.

Le hablo por teléfono a mi amiga Claudia, que está encantadísima con todo lo que ha pasado.

—Tina dice que James es un amor —me comenta.

—¡Tina es un amor!

—Lo sé. —Claudia es tan fan de Tina como yo— Ojalá llegue a ser una mujer ni la décima parte de buena que ella.

—No te pases —le digo a Claudia—. Tú vales mucho.

—Pero no tanto como tú, señorita miss Cadwell.

He llegado a mi apartamento y estoy mucho más contenta de lo que he estado en años. Eso de señorita miss Cadwell suena fantástico, pero espero que suene igual de bien, señorita miss Hawái.

—¡Oh, Claudia! Es la oportunidad que he estado esperando durante toda mi vida.

—Lo sé —me dice y sé que se alegra mucho por mí, como haría una buena amiga—. Y sé que será genial.

—Admitamos que es una manera de demostrarle a mi padre que no seguir con el negocio familiar no estaba tan mal.

—Pues te veo como florista.

Me río.

—La verdad es que no me hubiese importado, pero no me dejaba ni diseñar mis propios jardines, así que... me dio por crear mis propios edificios. Estoy deseando empezar.

Hablo un poco más con Claudia sobre el jefe buenorro y un poco de todo: de lo furiosa que estoy con Clark, tensa por lo que supone todo el nuevo proyecto y excitada por lo de esta noche. Bueno, no solo por lo de esta noche, sino también por compartir tiempo y espacio con James Harper.

—Tienes mucha suerte, chica.

Estoy tentada de contarle a Claudia lo de que tengo que hacerme pasar por su novia, al menos hasta que el padrastro de James venda el terreno, pero no quiero gafarlo. Así que hablo un poco más con mi amiga y cuelgo el teléfono.

Hoy hay cena y debo prepararme.

Aún sigo sin poder creer cómo ha sido mi vida estas últimas semanas. Con lo mal que habían empezado. Yo sola en medio de ese enorme hall hecho para impresionar, y después... otra vez sola... bueno o, mejor dicho, acompañada del señor Harper en el ascensor. Luego el contrato, despedir a Clark, el ascenso, y... hacerme pasar por su novia.

Me tiro en plancha sobre la cama.

¡Joder! Eso es lo más importante. ¿Qué hará? ¿Te besará?

Dice mi voz interior.

Al menos tendrá que comportarse como un novio si quiere que su madre nos crea la pareja del año. Y sinceramente me muero de ganas porque me acaricie la cintura con esas manos...

Suspiro.

¡A la ducha o no llegas!

Me enjabono todo el cuerpo. Y por qué no, pienso en cómo sería tenerlo ahí dentro conmigo.

—James.

Pronuncio su nombre mientras me froto con la esponja.

Eres mala. Pero... ¿Quién va a verte en la ducha dándote placer? Nadie.

Y nadie debe saber en quién estás pensando mientras tus manos llenas de gel acarician tu cuerpo.

Suspiras y al poco un jadeo se te escapa de entre los labios.

La proposición del jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora