Capítulo 25

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JANNA

Un año después

—¿Y se supone que estas son nuestras nuevas oficinas? —Lo miro alzando una ceja.

—No puedes decirme que no te gusten las vistas.

James está parado junto a mí. Me mira con su sonrisa radiante mientras los dedos de su mano derecha buscan la mía, cuando la encuentran se cierran alrededor de mis dedos de forma cariñosa.

—No están nada mal.

—¿Nada mal, Janna?

Finjo no prestarle atención, pero sigo sonriendo.

—Tendrás un despacho mucho más pequeño que el anterior.

—Tendré que llevarme a casa alguna de mis colecciones de discos —me dice James.

Me río, porque si ese es el mayor de nuestros problemas, es que estamos haciendo un buen trabajo.

—Además —dice dándome un beso en el hombro—, nuestras nuevas oficinas... tienen ascensor.

Ahora sí que me río de verdad.

—No lo he dudado en ningún momento. ¿Planta cuarenta y dos?

—Cincuenta y uno.

—¡Vaya! —Finjo estar impresionada.

—Deja de fingir que no estás encantada. Tu nuevo despacho es mucho más grande que el anterior.

—No tenía despacho...

—Me das la razón. —Ahora además de darme un nuevo beso en el cuello me encierra entre sus brazos, rodeándome desde atrás—. Así que espero que no te sigas quejando y seas la jefa de proyecto ejemplar que siempre has sido.

Jefa de proyecto... siempre me ha gustado lo importante que suena eso.

—Y a mí siempre me ha gustado lo bien que haces tu trabajo.

—Si quieres podemos hacer que suene más impresionante. ¿Qué tal asistente personal del director ejecutivo? —niego con la cabeza—, ¿Solo por hoy?

Hace una mueca, James lo que quiere es tenerme a su servicio por unas horas y que me olvide de trabajar.

—¿Asistente personal...?

—Oh, no hace falta —Nos interrumpe una voz—. Basta que me sigáis llamando Tina.

Nos damos la vuelta para ver cómo Tina se baja de un taxi y se quita las gafas de sol.

—Hola, Tina.

No nos escucha, está mirando hacia lo alto del edificio.

—Vaya, qué maravilla de torre. Volvemos a estar por encima de la planta cincuenta, será un gran cambio.

—Claro que lo será —dice James, pero ella no se deja impresionar.

—¿Tú crees? —pregunta la pelirroja.

—Sí, te encantará nuestra nueva oficina —le dice James mirándola a los ojos. Y por primera vez creo que la veo ruborizarse.

—Yo también lo creo.

Mientras disfrutamos de un silencio nada incómodo, a Tina se le escapa un suspiro cuando avanza hacia la puerta principal del edificio.

—No sé qué habríamos hecho sin ti —le digo cuando pasa por mi lado. Ella se vuelve a bajar las gafas de sol y me guiña un ojo—. Gracias por haber confiado en nosotros este último año.

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⏰ Última actualización: Oct 29 ⏰

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