Capítulo 7

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El avión aterrizó suavemente en el Aeropuerto Internacional Rafael Núñez de Cartagena

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El avión aterrizó suavemente en el Aeropuerto Internacional Rafael Núñez de Cartagena. Betty observaba por la ventana, maravillada por la belleza del paisaje costero. Aún no podía creer cómo su vida había cambiado en tan poco tiempo. Habían pasado dos semanas desde que dejó Bogotá, dos semanas de nuevas experiencias y transformaciones. Ahora, con su nuevo look y una actitud más abierta gracias a Catalina, estaba lista para enfrentar el nuevo desafío que tenía delante de ella. Catalina no solo había insistido para renovar el guardarropa de Betty, sino que también, prácticamente la obligó a que aceptara ver un odontólogo para quitase los Brackets y cambiar las antiguas gafas por unas un poco más modernas.

Antes de dejar Los Ángeles, Betty llamó a sus padres para informarles que pasaría algunas semanas en Cartagena, no era necesario continuar mintiendo, Armando ni siquiera había intentado acercarse a ellos.

-¿Lista para Cartagena? - le preguntó Catalina, con una sonrisa cómplice, mientras recogían sus maletas.

-Lista -respondió Betty, con seguridad- Nunca pensé que estaría viajando tanto en tan poco tiempo. De Bogotá a Los Ángeles, y ahora aquí... Es increíble.

-Es solo el comienzo. Cartagena es un lugar maravilloso y el proyecto del reinado de belleza va a ser una experiencia inolvidable- aseguró emocionada.

Salieron del aeropuerto y tomaron un taxi hacia el apartamento de Catalina. Durante el trayecto, Betty no podía evitar pensar en Armando. A pesar de todo, su imagen seguía presente en su mente. Sin embargo, por primera vez en mucho tiempo, se sentía tranquila. Las experiencias de las últimas semanas le habían demostrado que podía seguir adelante y que la vida tenía mucho más para ofrecerle.

Llegaron al apartamento de Catalina, ubicado en una zona céntrica y llena de vida. El edificio, de estilo contemporáneo, se elevaba sobre una de las calles más vibrantes de Cartagena, donde el bullicio de los vendedores ambulantes, el eco de la música y el aroma a mar se entremezclaban en el aire. Catalina condujo a Betty a través del espacioso vestíbulo, que estaba decorado con obras de arte moderno y grandes plantas tropicales.

Al entrar en el apartamento, Betty no pudo evitar quedarse maravillada. La luz del sol, que se filtraba por los amplios ventanales, bañaba todo el espacio con un resplandor dorado, acentuando los tonos cálidos de la decoración. El apartamento tenía un diseño abierto, con paredes en tonos neutros que contrastaban con los muebles coloridos y las texturas naturales. Desde la sala se podía ver el mar en el horizonte, y Betty sintió un nudo en la garganta, producto de tanta belleza. El hecho de que Catalina la invitara a quedarse ahí, le hizo sentir una calidez en el pecho, una sensación de ser cuidada, algo que no experimentaba desde hacía tiempo, tal vez, algo que solo había sentido gracias a su madre.

Catalina, siempre atenta, le mostró la habitación que había preparado para ella.

-Este será su espacio, Betty. Quiero que se sienta como en casa- dijo con una sonrisa.

Al final de este viaje.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora