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Armando miró el mensaje que acababa de recibir y frunció el ceño. Había algo en esos planos que no le cuadraba. Mientras los analizaba, su mente divagaba en busca de una explicación de lo que significaba aquel número resaltado en amarillo, hasta que los primeros números le resultaron vagamente familiares. Parecían un código de área... ¿Miami? El pensamiento le cruzó como un rayo ¿la abogada le estaba dando su número personal, sugiriendo romper la confidencialidad?
[Abg/A]
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Un ligero escalofrío recorrió su espalda. Sin perder tiempo, agendó el número en su teléfono y decidió actuar con cautela. No podía responder desde la plataforma, demasiado arriesgado. ¿Qué estaba tramando ella? ¿Sería una prueba?
Estaba tentado a llamarla, pero no iba a ser él quien diera ese paso. Respiró hondo, abrió WhatsApp y buscó el contacto recién guardado. Su corazón palpitaba con fuerza mientras sus dedos se deslizaban nerviosamente por la pantalla. Quizás al fin pondría rostro a esas conversaciones... pero, en la imagen de perfil, solo estaba el logo de Apex Legal.
¿Abogada?
Escribió, dudando si ese era realmente el camino correcto.
Disculpe el atrevimiento de pasarle este número. Ahora que lo tiene, intentaré borrar el mensaje de la plataforma
Armando sintió cómo la tensión en su cuerpo se incrementaba. ¿Qué estaba pasando?
¿Hay algún problema con la comunicación allí?
No exactamente, pero sí hay un problema y quería hablarlo con usted antes de notificar oficialmente lo que está sucediendo
Ese "problema" le generó una incómoda presión en el pecho. Armando, acostumbrado a resolver situaciones difíciles, intentaba no anticiparse a lo peor.
¿Qué problema?
¿Recuerda la empresa que está encargada de la instalación de los elevadores de coches?
