Alberto apareció en la cripta segundos después de que Elisa y Víctor escucharan el juego de engranajes poniendose en funcionamiento de nuevo al hacer girar la llave en la cerradura.-Misión cumplida- anunció el recién llegado suspirando y estudiando la pequeña estancia para comprobar que todo siguiera tal cual lo dejó cuando se fue a acompañar a María a su casa.
Elisa y Víctor estaban sentados con la espalda apoyada en la pared cerca de los candelabros, y el cuerpo de Julio seguía donde Víctor lo había depositado antes de que Alberto se marchara, así como la infame jaula conteniendo los malditos ojos ambarinos que en ese instante permanecían clavados en él.
-¿Todo bien?- interrogó Víctor con aparentes signos de agotamiento.
-Sí- afirmó Alberto pasándose la mano por el pelo. -Acompañé a María hasta la puerta de casa de sus padres. Durante todo el trayecto en el coche no abrió la boca y una vez allí, se despidió de mi tan normal...- y se encogió de hombros- fue raro...
-María no era María- explicó Elisa levantándose lentamente mientras se sacudía el polvo de las ropas- Estaba obligada por Ezequiel y luego la obligué yo. Mañana cuando se despierte, volverá a ser la persona de siempre. Ahora es solo...una marioneta sin voluntad.
Alberto asintió pensativo con gesto grave para luego detener de nuevo sus ojos en la jaula.
-Sigue ahí el maldito- observó.
-Ojalá supieramos cuando va a suceder- comentó Víctor levantándose también para acercarse a la jaula. -Sería capaz de ponerme palillos en los ojos para no perderme ni un solo segundo cuando llegue el momento.
La reacción de Mordekai no se hizo esperar y le bufó con todas sus fuerzas.
La mirada de Alberto se detuvo sobre el cuerpo del que fue su amigo. Elisa y Víctor le habían colocado la cazadora de éste último sobre el rostro.
-Quizás deberíamos llevarlo ya a su ataud- propuso con gesto desesperanzado. -La cosa se está poniendo fea...
Elisa asintió afectada dándole la razón a lo que Víctor se acercó a su amigo y se apremiaron con la mirada.
-¿Sabes donde tenemos que llevarle?- le preguntó Alberto con los ojos oscuros brillantes por la congoja y el malestar de tener que trasportar a su amigo hasta su tumba- Tu fuiste con él a liberar a Elisa de la celda.
-Sí- afirmó Víctor apretando la mandíbula- me conozco el cementerio como la palma de mi mano. No me he recorrido los túneles pero se que entramos a ellos por la cripta del mausoleo de los Peña.
-Yo te sigo- le apremió Alberto.
-Tened cuidado- les rogó Elisa- no se que hora debe de ser pero vigilad que nadie os vea.
-Tranquila- respondió Víctor con calma- esta zona no suele ser muy concurrida, te lo puedo asegurar. El mausoleo Peña está a unos 30 metros saliendo a la derecha.
-Pues vayamos ya- decidió Alberto acercándose a Julio y tomando el cuerpo de su amigo por las axilas aguardando a que Víctor hiciera lo propio agarrándole por los pies para así alzarlo y dirigirse hacia la panta de arriba.
-Tenemos la llave, ¿no?- cuestionó Víctor a su amigo.
-Sí- afirmó éste- en mi bolsillo.
Y se dirigieron hacia las escaleras subiendo con cuidado para desaparecer del campo de visión de Elisa.
✩ ✩ ✩
Mordekai comenzó a arañar con sus garras los barrotes de la jaula, sacando a Elisa de su ensimismamiento. Fue un gesto grotesco ya que sería imposible salir de allí de aquel modo.
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La Sangre es Vida
VampireA principios de los noventa, en un pequeño pueblo de carácter rural, comienzan a pasar sucesos inexplicables coincidiendo con la llegada de una misteriosa forastera...