Al Final Ella No Está - Spreen

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Después de limpiar el campamento y disfrutar de la calidez de la mañana, Iván y yo comenzamos a empacar nuestras mochilas, listos para continuar nuestro viaje. Mientras caminábamos por el sendero que serpenteaba entre los árboles, decidimos que era hora de establecer un destino concreto. La vastedad de Argentina ofrecía innumerables posibilidades, pero uno de los lugares que siempre había capturado mi imaginación era la Patagonia.

━━¿Qué te parece si vamos a la Patagonia? ━sugerí, recordando las imágenes que había visto de los majestuosos glaciares y las imponentes montañas. Era un destino que prometía aventuras y paisajes que nunca olvidaría.

Iván se iluminó al escuchar la propuesta.

━━¡Eso suena increíble! He escuchado que el Parque Nacional Los Glaciares es impresionante. Podemos ver el glaciar Perito Moreno, hacer un poco de senderismo y, si tenemos suerte, hasta ver algunas vistas de la cordillera de los Andes.

Su entusiasmo era contagioso, y sentí que la idea comenzaba a cobrar vida en nuestras mentes. Comenzamos a discutir cómo llegar y qué hacer una vez allí. La Patagonia era extensa, pero en su vastedad se escondían aventuras esperadas. Cada lugar que mencionábamos parecía abrir un nuevo capítulo de posibilidades.

━━También podríamos acampar cerca de El Chaltén, donde hay un montón de senderos increíbles para explorar. Podría ser una manera perfecta de conectar con la naturaleza ━añadí, imaginando las montañas cubiertas de nieve y los lagos de un azul profundo.

Mientras seguíamos el sendero, el paisaje cambiaba a nuestro alrededor, cada paso acercándonos más a la idea de una nueva aventura. Las charlas sobre la Patagonia se llenaron de emoción y expectativas. Hablamos de cómo queríamos pasar los días explorando y las noches sentados alrededor de una fogata, bajo un cielo lleno de estrellas. La idea de ese destino comenzaba a hacer palpitar mi corazón, y sentí que cada paso me alejaba de mis temores y me acercaba a la vida que anhelaba vivir.

Con un renovado sentido de propósito, seguimos adelante. Mientras el camino se extendía ante nosotros, sabía que este viaje a la Patagonia no solo era una escapatoria, sino una oportunidad para descubrir quiénes éramos realmente y qué significaba vivir sin límites. En ese momento, el futuro parecía brillante y lleno de posibilidades, y la certeza de que no estaba sola en este viaje solo hacía que todo fuera aún más emocionante.

A medida que avanzábamos por el sendero, la emoción crecía en mí. Cada paso era un recordatorio de que estábamos dejando atrás el pasado, y la Patagonia se convertía en un símbolo de esperanza y nuevas oportunidades. La conversación fluía entre nosotros como el aire fresco que nos rodeaba. Hablamos sobre nuestras expectativas, sueños y miedos, pero también sobre lo que significaba esta aventura en términos más profundos.

━━¿Te imaginas ver el glaciar Perito Moreno? ━pregunté, llena de entusiasmo━. He oído que es uno de los pocos glaciares del mundo que todavía está en crecimiento. Es una maravilla natural que no te puedes perder.

Iván asintió, sus ojos brillando con entusiasmo.

━━Sí, y me encantaría hacer un poco de trekking por allí. También he oído que hay una vista impresionante desde el mirador, donde puedes ver los icebergs flotando en el lago. Es un lugar perfecto para tomar fotos y, quizás, dejar un poco de nuestras huellas en la nieve ━dijo, sonriendo.

Las imágenes que describíamos llenaban nuestras mentes de un sentido de asombro. Cada lugar que mencionábamos parecía más hermoso que el anterior, y no podía evitar sentir que este viaje se estaba convirtiendo en algo más grande que nosotros mismos. Era una celebración de la vida y de todas las pequeñas cosas que la hacían especial.

Mientras continuábamos nuestro camino, el paisaje comenzó a cambiar lentamente. Los árboles eran más altos y robustos, y el aire se sentía más puro. Hablamos sobre cómo, en medio de nuestras luchas personales, la naturaleza tenía una forma de recordarnos lo grandioso que era el mundo. Era un alivio poder compartir esos momentos, saber que ambos estábamos en sintonía con lo que sentíamos.

Al mediodía, encontramos un pequeño claro, ideal para detenernos y descansar. Decidimos sacar nuestras provisiones y disfrutar de un almuerzo improvisado bajo el sol. La luz dorada iluminaba el lugar y nos envolvía en su calidez mientras compartíamos un sándwich de atún y algo de fruta. Durante la comida, nuestras risas resonaban entre los árboles, creando una atmósfera de libertad y camaradería.

━━Este viaje está siendo increíble ━dijo Iván, con la boca llena de manzana━. Nunca imaginé que podría sentirme tan bien, tan… libre.

━━Yo tampoco ━respondí, sintiéndome más conectada con él que nunca━. Es como si cada paso me alejara un poco más de la carga que llevaba.

Después de comer, decidimos aprovechar el tiempo y explorar un poco más el área. Nos levantamos y comenzamos a caminar entre los árboles, disfrutando de la paz que nos rodeaba. De repente, Iván se detuvo y me miró con una expresión de curiosidad.

━━Oye, ¿alguna vez has pensado en lo que harías si pudieras hacer cualquier cosa sin miedo? ━preguntó, sus ojos reflejando una profunda sinceridad.

Me quedé en silencio por un momento, reflexionando sobre su pregunta. Era algo que había estado pensando, especialmente desde que comenzamos este viaje.

━━Sí, he pensado en eso. Me gustaría aprender a escalar de nuevo. Antes de que me diagnosticaran, solía escalar montañas cada vez que podía. Era una de mis pasiones más grandes; sentir cómo el viento golpeaba mi rostro mientras alcanzaba nuevas alturas me hacía sentir viva. Estar rodeada de la inmensidad de la naturaleza me llenaba de una energía que no podía encontrar en ningún otro lugar. Pero ahora, me da miedo volver a intentarlo ━respondí, dejando escapar un suspiro.

Iván sonrió, como si hubiera escuchado algo inspirador.

━━Creo que deberías hacerlo. La vida es demasiado corta para no perseguir lo que realmente amas. Y si algún día decides hacerlo, yo estaré allí contigo.

Su promesa me llenó de calidez. Tal vez no solo estaba enfrentando mis miedos en este viaje, sino también comenzando a pensar en las posibilidades de un futuro diferente, uno donde pudiera volver a hacer lo que amaba. Mientras el sol comenzaba a descender en el cielo, iluminando el paisaje con tonos cálidos, supe que estaba lista para enfrentar cualquier desafío que se presentara, y que este viaje, esta amistad, eran solo el comienzo de algo maravilloso.

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