El viaje I : Concierto

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LUCÍA


El inesperado viaje a Miami iba a ser un reto después de lo sucedido. Por lo que durante el vuelo, no nos dirigimos la palabra. Nos mirábamos de reojo para asegurarnos de que no existiera contacto físico entre ambos.

Llegamos en la noche y camino al hotel pudimos ver las calles llenas de personas y un gran bullicio producto a la música que retumbaba en cada esquina.
En otros tiempos, yo podía salir a cenar con amigos después de un viaje, pero mi agotamiento es tal, que en lo único que pienso es en darme una ducha y acostarme a dormir.

Llegamos al hotel y nos recibieron con mucho cariño. Nos entregaron la llave de una habitación especial. Pensamos enseguida que se trataba de una confusión, de las que siempre nos ocurrían al principio de la carrera, pero el gerente enseguida nos explicó como era nuestra habitación.Era una suite especial que se encontraba en el último piso. Habían dos habitaciones que se comunicaban, y en común tenían un pequeño jaccuzzi, una piscina privada y una cocina enorme con todos los útiles necesarios.

No voy a negar que la idea me agradó bastante, pero tenía que disimular mi alegría. Así que Subimos para conocer la habitación, y mi hermano caminaba a mi lado sin decir una sola palabra. Estaba pensativo, con la mirada perdida, apuntando a sus pies. Llegamos y mi corazón saltó de emoción, cuando vi lo linda que era la suite.

Me sentí como en casa desde que puse un pie en el umbral de la puerta. Para llamar la atención de Joaquín, le expresé lo animada que estaba por la elección del hotel.

-En nuestra próxima estancia en Miami, quiero que nos vuelvas a traer a este lugar.

Las habitaciones eran espaciosas, los muebles eran de madera talladas, que les daba un aire clásico en contraste con la modernidad de las instalaciones. Aquello me encantó sobremanera.

Estaba como una niña explorando el lugar y de pronto sentí un portazo a mis espaldas. Me di vuelta y comprobé que mi hermano se había encerrado en su habitación sin siquiera haber terminado de ver todo el espacio.

Me fui hasta el área de la piscina y la vista era maravillosa. Todas las luces de la cuidad hacían un contraste fantástico con el lujo de nuestra suite. Me recosté en una tumbona y puse música en el móvil. El agua de la piscina se veía agradable, y el clima estaba caluroso. -¡Ojala!, y Joaquín estuviera aquí conmigo, para disfrutarla juntos.






















Mi amiga Gloria Estefan, me llamó cuando se enteró de nuestro viaje y quedamos en vernos en la mañana. Hablé un rato con ella, y enseguida, fui hasta la habitación de mi hermano para contarle todo. Después de varios intentos, no respondió a mis llamados, así que , sigilosamente abrí la puerta y lo encontré acostado boca arriba mirando el techo. Me miró con desgano y volvió a la posición original. Me acerqué cariñosamente y me acosté a su lado.

-¿Qué te pasa? No me has hablado en todo el día y necesito saber lo que te sucede.
- No es nada, estoy cansado.-Me respondió-¡Déjame solo, por favor!- me suplicó sin mirarme a la cara.












Me acerqué más a él y puse mi cabeza en su pecho. -Yo te quiero demasiado- comencé diciendo-No me pidas que me aleje de tí, porque es imposible. Tú y yo somos una sola alma, no puedo sentir felicidad viéndote tan triste.

Vi como una lágrima cayó por su rostro y los sollozos no tardaron en aparecer. Me levanté y lo tomé del brazo. Se levantó a regañadientes y me observó de forma indiferente.
-Necesito que me prometas algo.- Le advertí- Repite estas palabras junto conmigo para que no se puedan borrar. Este va a ser nuestro juramento de vida a partir de hoy.
Inhalé aire profundamente, antes de comenzar a decir las frases. Quería demostrarle la importancia que tenía para mí, este ritual.

El amor nos tomó por sorpresa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora