GLORIA-La noticia de la tormenta me vino como anillo al dedo para intentar darle un nuevo rumbo a mi relación con Emilio. Aproveché la visita de Uds, para organizar el viaje. Tenía la esperanza de que nos distanciara de la rutina.
Desde que descubrí que mi marido tiene otra relación mi mundo se vino abajo. No puedo creer que después de tantos años de amor, estemos en esta situación. Él me niega la verdad, pero mi instinto me dice lo contrario. Lo noto distante, cada vez busca excusas diferentes para no estar en la casa y ya no salimos a ningún evento social.
Mientras tu hermano y tú, se divertían de lo lindo, deslumbrados por la belleza de nuestro lugar en el paraíso, yo sufría al ver la distancia de mi esposo. No dejaba de ver su teléfono, y siempre estaba a la expectativa de una llamada o un mensaje. En la intimidad, me reclamó el haber inventado "este plan ridículo". Durante la preparación del asado, fingió felicidad, pero me miraba con reproche por hacerlo perder el tiempo en este lugar. Nos quedamos solos mientras Uds fueron a bañarse y tomé la iniciativa de acariciar su rostro. Él accedió y nos besamos, yo sentía como volvía a mí, pero una llamada lo apartó. Se fue lejos para poder hablar con privacidad. Yo sentía impotencia, no supe cómo actuar y preferí quedarme de brazos cruzados. Para mí es nuevo este sentimiento, no sé lidiar con los celos.
¿Recuerdas lo que conté en el avión?- le pregunté a Lucía, haciendo referencia a los relatos eróticos de los comienzos del matrimonio.
Aquella conversación fue una excusa para recordarle lo mucho que habíamos vivido juntos y lo que seguía disfrutando de su compañía. Él sólo atinó a reírse y eso me molestó mucho. Era como una burla a mis sentimientos.Me desahogo contigo porque siempre te he considerado una de mis mejores amigas. A pesar de la distancia, tú siempre estás presente.
LUCÍA
Me quedé en shock con todo lo que escuché. Nunca imaginé que las cosas fueran tan graves. Mi cabeza empezó a unir los cabos sueltos y ahora todo tenía sentido. Comencé a sentir un poco de culpabilidad. Yo estaba tratando de consolar a una mujer traicionada, mientras hacía unas horas estaba siendo la causa del sufrimiento de otra.
Recordé la noche de ayer y me sentí sucia. Yo estaba haciendo lo que tanto había criticado. Me estaba comportando como una cualquiera. Abracé a Gloria, como si quisiera pedirle perdón por aquella mujer que se estaba robando su felicidad.
-¿Y por qué se fue?-pregunté con curiosidad.
-Me dijo que tenía muchas cosas que resolver y que no podía seguir perdiendo el tiempo aquí. Me atreví a reclamarle por su amante y se encolerizó. Me empezó a insultar y a negar todas mis palabras. Pidió un taxi y salió ofendido-me soltó en un disparo toda la historia, mientras su voz se iba tornando un poco ronca de los nervios.
Sentí los pasos de Joaquín por el pasillo ,y enseguida, nos acomodamos para que no se diera cuenta de que estábamos llorando.
Venía tallándose los ojos de recién levantado y bostezando como un gran oso. Nos saludó y nos preguntó por Emilio. Le dimos una justificación para que no siguiera indagando y con la excusa de hacer el desayuno nos escabullimos hasta la cocina.
Por primera vez ,desde que llegamos a Hawái, tengo una conversación con mi amiga. La dejé un poco de lado y me dediqué a mi hermano. Siento no haber podido consolarla mientras estaba atravesando por esos malos momentos.
Le colé el cafecito como le gusta y se lo llevé hasta la mesa. Me senté a su lado y me acomodé en la silla con indecisión. Tenía las palabras trabadas en mi garganta pero no me sentía capaz de soltarlas. Pensé una y mil veces como iba a tratar el tema hasta que me decidí y le conté mi verdad, un poco disfrazada.
-Yo estoy enamorada de un hombre casado. No sabes, cuán culpable me haces sentir con tu historia. Ahora mismo quisiera borrar todo lo pasado y arrancarme ese amor del pecho. No quiero ser la culpable del dolor de otra mujer.
Gloria comenzó a llorar desconsoladamente. Mientras se aguantaba el pecho de la angustia. Yo me derrumbé a su lado y nuestros sollozos se hacían cada vez más intensos. Nos abrazamos y nuestras respiraciones se calmaron un poco.
Estábamos en lados opuestos de la historia, pero irónicamente, sufríamos de la misma forma.
Le aconsejé a mi amiga que debíamos volver de inmediato a Miami. No podíamos dejar pasar más el tiempo. Empacamos nuestras cosas, mientras la mirada incrédula de mi hermano nos perseguía por toda la casa.
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El amor nos tomó por sorpresa
FanficA veces el amor toca nuestra puerta cuando menos lo esperamos. Revolucionando los sentidos y dejando nuestra vida del revés. En este caso contaremos la historia de Lucía y Joaquín. Descubriremos como el amor de hermanos, se va convirtiendo en una...