El amor nos tomó por sorpresa

La fiesta

Viviana

Vi llegar a Joaquín a través de la ventana. Venía muy contento y con dos bolsas en la mano. Supuse que sería la ropa de mañana la fiesta. Porque si lo que me imagino es cierto, él debe ir a esa fiesta si o sí.

Manuela me aconsejó que fuera con algo sensual. Yo escogí disfrazarme de gata. Con Joaquín, había experientado varias veces, y a él le encantaba. Siempre me decía que en otra vida yo fui un gato. El traje lo hice juntos las chicas del taller de pintura. Quedé espectacular, enfundada en aquella tela estampada en amarillo y negro. Mis intenciones eran varias en esa fiesta, pero la principal siempre ha sido demostrarle a mí ex marido la tremenda mujer que se perdió.

Cuando sentí el elevador corrí hacia la puerta principal para esperarlo. Siempre lo hacía con la esperanza de que antes de subir hasta su nuevo apartamento, pasara por aquí a saludarme. Pero como siempre, no pasó. Volví a hacer mis cosas hasta que me fui a la cama.

Al día siguiente comencé mi ritual bien temprano. Arreglé mi cabello con esmero y acomodé todas las cosas que necesitaba para cambiarme en casa de Manuela.

Mientras me bañaba, estaba imaginando como sería la fiesta. Me puse a rezar y rogué por encontrar una respuesta a esta incertidumbre que me estaba carcomiendo. Necesitaba saber quién era el nuevo amor de Joaquín para poder cerrar ese ciclo y empezar de cero.

Llegué temprano a casa de Manuela y comencé a ayudarla con los preparativos.
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LA FIESTA

La casa de Manuela estaba lista para empezar. Las luces tenues, el ambiente saturado de inciensos y las velas prendidas le daban un toque misterioso y sensual al lugar. Manuela estaba vestida como Morticia Adams y su eterna amiga Viviana lucía a su lado un sensual disfraz de gatita. Las invitadas comenzaron a llegar y el ambiente fue tomando vida. Patricia Sosa venía de bruja, Eugenia de enfermera ,al igual que en mujeres de Nadie, y Vero de policía. Después llegaron la Sole vestida de Mérida, La princesa de Disney y Marcela Morelo como maléfica.

Sacaron las bebidas y comenzaron a brindar. Todas preguntaban por Lucía, mientras que se intercambiaban opiniones acerca de los disfraces.

- Pero, ¿A esta fiesta no va a venir ningún hombre?, ¡no sé!, quizás ,un estriper de esos que salen de una tarta.-gritó Verónica, después del primer trago.

Todas rieron a carcajadas y Manuela interrumpió la algarabía con su voz de mando y dijo- Pero, no sé preocupen Chica, que si vendrá un hombre a la fiesta.

- ¿Quién es?- Preguntaron todas a la vez.

- Es un hombre que conocemos todas, Él tiene fobia social, pero quiere enfrentarse a eso y ha escogido nuestra fiesta para hacerlo- dijo con picardía.

- ¿Él está seguro a lo que va a someterse? Dijo Eugenia.

- No, pero me contaron que viene preparado para todo. Así que hoy vamos a hacerle un ritual de iniciación a....

En eso sonó el timbre y todas se sobresaltaron. Era Lucía enfundada en su ajustada vestimenta de Domadora y cuando abrieron la puerta dio un latigazo contra el suelo y lanzó un grito de guerra que alborotó el aquelarre.

LUCÍA

Llegué y las chicas estaban hermosas. Entré y el ambiente te hacía transportarte a otro mundo, vi a mi cuñada agazapada en un rincón y me sorprendió ,que de todas, ella era la más arriesgada. Se veía bastante sensual y se notaba que lo había hecho a la medida con las del taller, por los detalles del estampado y lo bien que le señía al cuerpo.