Priscilla miraba la cuna con una mezcla de emociones. Era una pequeña obra maestra, de madera pulida y con suaves detalles tallados a mano. Cada esquina estaba perfectamente redondeada, y el colchón parecía tan suave que imaginaba al bebé durmiendo allí, envuelto en sus sueños.
Amber, su cuñada, le había regalado esa cuna. Habían pasado por mucho juntas, y verla allí, tan generosa y atenta, le llenaba el corazón de gratitud. Amber había tomado el tiempo para armarla, colocarla en el rincón perfecto de la habitación y decorarla con delicadeza. Sabía cuánto significaba para Priscilla, quien esperaba la llegada de su primer hijo.
―Sé que estabas buscando una cuna especial para el bebé.- le dijo Amber con una sonrisa cómplice. ―Así que pensé que podría ayudarte con eso.
Priscilla, sorprendida por el gesto, no pudo evitar soltar unas lágrimas de emoción. Había soñado con este momento, pero nunca imaginó que alguien tan cercano a ella haría algo tan significativo. Amber no solo le había dado un regalo material, sino un pedazo de su corazón.
Al observar la cuna una vez más, Priscilla pensó en el futuro, en los días llenos de risas y a veces también de llanto, pero sobre todo en el amor incondicional que pronto sentiría por su hijo. En ese momento, comprendió que ese regalo era más que una simple cuna; era un símbolo de la amistad que la acompañaría en cada paso de su maternidad.
―Eres increíble, Amber. – Le dio un fuerte abrazo.
Amber escuchó unas llaves moverse y notó la presencia de su hermano en la habitación.
―Ese regalo si que es enorme. – Comentó observando la perfecta cuna. Comenzaba a sentirse desplazado por su hermana. ―Hermanita… ¿Me acompañas al pasillo un momento?. -Susurró el chico y Amber lo siguió. ―Entiendo que estés muy emocionada por mi primogénito, pero ¿no crees que te estas pasando?... No quiero ser tóxico o posesivo, pero tus muestras de afecto. Son demasiado extravagantes. El novio soy yo no tú. Deja de consentir a mi novia como si fuera la tuya.
Amber se sintió herida y molesta
―Es un obsequio Evan. Un simple regalo para mi familia
―Creo que lo mejor será que le des un respiro a Priscilla, ¿de acuerdo?... No más noches de chicas ni salidas de compras. Necesita paz.
Amber frunció el ceño había pasado de un momento emotivo a uno de tensión.
―Vale… mantendré mi distancia. – Se marchó dando un portazo.
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Susurros de sangre y asfalto.
VampireAmber una chica motociclista compite para ganar el dinero del alquiler de cada mes hasta que alguien se mete en su camino y cambia su destino. Ahora hay más preguntas que respuestas, pero ¿eso no la alejará de su familia o si? Portada hecha por @YYA...