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-¡Midoriya!

Agita el brazo para que éste le vea. El profesor acelera el paso hasta llegar a la mesa donde Rody le está esperando con una pila de libros, apuntes, rotuladores de todos los colores y con cara de pánico.

Midoriya sonríe recordándose a sí mismo en esa situación. Litros y litros de café. Muchas horas de insomnio. De desesperación. De lanzar los libros al aire. De tirarlo todo por la borda. Y volver a la batalla tras tomar una buena bocanada de aire con el rostro mojado de lágrimas.

Nadie dijo que opositar sería fácil, ni un camino de rosas.

Es constancia, dedicación, esfuerzo, impotencia, desesperación, querer ver arder el mundo, devastación y perder el contacto con el mundo y los amigos.

Pero toda meta tiene su sacrificio, y Midoriya se siente orgulloso de la profesión elegida.

-Por hoy ya has bebido café suficiente, Rody.- el chico protesta cuando le aparta la taza a medio tomar – Debes alimentarte bien – echa un vistazo rápido a la carta y llama a la camarera. Rody le observa sin decir nada. Le gusta mucho cuando Midoriya es tan atento con él. Le gusta muchísimo – Preguntarte cómo lo llevas es bastante violento así que te dejaré que marques a tu ritmo la clase de hoy.

Quiero besarle.

Piensa embobado.

-¿Rody?

-Ah, esto, bueno... - revisa sus apuntes – Por más test que hago no consigo bajar de los cinco fallos. Llevo meses estudiando los temas en donde cometo errores pero por más que estudie y estudie no me entra en la cabeza.

-Déjame ver.

Le pasa el libro, sus apuntes. Las esmeraldas de Midoriya pasean por la bonita letra de Rody en los bordes de los libros, subraya puntos que el chico ha pasado por alto, le apunta anotaciones al pie de página, tuerce los labios mientras tiene la mano apoyada en la barbilla pensativo.

Y Rody solo tiene ojos para su profesor.

Cómo lo desea.

Lo desea tanto que se está volviendo loco.

Lo desea tanto que comete errores aposta solo para duplicar las clases con él.

Lo desea tanto que es capaz de suspender y volver a contratarle para estar más tiempo a su lado observándole, enamorándose, embriagándose de lo bien que huele, e imaginándoselo debajo suya llorando por el placer dado.

Incluso una vez le invitó a comer comida picante para verle con los ojos llorosos.

Esa erótica escena fue fogosa en sus noches privadas.

-¡¡No me lo puedo creer!! ¡Alien Queen se ha casado!

Al escuchar eso, tanto Midoriya como Rody levantan la cabeza hacia la mesa contigua a la suya donde tres amigas alucinan con la noticia que acaba de salir a la luz.

-¿Con quién se ha casado?

-Es evidente que con Red Riot. ¡Son la pareja canon entre los héroes!

-Pues chica háztelo mirar porque la pareja canon siempre han sido Shoto y Momo.

-Menuda suertuda.- lanza una bolita de papel que cae de la mesa rodando hasta toparse con la zapatilla izquierda de Midoriya – Con esa delantera yo también engancharía a un buen héroe.

-Siento decepcionarte pero no se ha casado con Red Riot.

-¿Entonces con quién? ¡Oh my god! ¡No me digas que es con ese tonto que va vestido de caballero!

The ChallengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora