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Bakugou es el primero en despertar y cree estar soñando otro bonito sueño donde Midoriya duerme plácidamente a su lado. Donde acaricia su rostro. Le observa en silencio. Y le despierta mordiéndole las pecosas mejillas.

Justo como sucede.

La sonrisa dedicada hace que Bakugou sienta por primera vez que su vida tiene un significado.

-Buenos días, Katsuki.

Ronronea buscando el calor de su cuerpo. Bakugou aún está en proceso de asimilar lo que pasó anoche durante la cena, la conversación debajo del puente y el huracán de besos, mordiscos y gemidos que se arrancaron el uno al otro en la misma cama donde ha despertado.

Cierra los ojos totalmente rojo.

"¡Por fin ha pasado!"

Grita eufórico el número uno abrazando a Midoriya quien nota que alguien está más que despierto. Sonríe divertido dispuesto a jugar un poco con él cuando Bakugou emite un quejido llevándose las manos a la cintura.

-Joder... ni en mi primera misión me dolía tantísimo el cuerpo...

-La experiencia te dará fuerza.

-¿Es que a ti no te duele nada? – Midoriya niega. Al sonreírle a Bakugou éste quiere destrozar susodicha ganadora sonrisa – No finjas, tienes que tener el culo al rojo vivo.

-Compruébalo tú mismo.- levanta las sábanas callando la risa.

-¡Pero si te empotré de tal forma que te golpeaste la cabeza con el cabecero de la cama!

Protesta bajándose de la cama a duras penas. Le duele todo pero finge que el dolor es leve. Es el número uno. No puede rebajarse ante nadie. Ni siquiera ante la bestia que le hizo el amor con dulzura y desea que se lo haga de nuevo.

-Katsuki, no eres mi primera vez.- ya lo sé, murmura enfadado – Es normal para ti al haberlo sido, además ¿Qué más da si tú estás dolorido y yo no? Lo que importa es lo que pasó, cómo pasó, lo que disfrutamos, el tenerte dentro de mí, el estar yo dentro de ti – busca sus dedos que encuentra con facilidad y le deja llevárselos a la boca humedeciéndolos con los labios – No sabes cuántas ganas tenía de hacerte mío.

Su penetrante mirada no acompaña a la sonrisa que le otorga.

Bakugou traga saliva.

Le pone muchísimo el profesor cuando la lujuria le posee.

-Al menos nuestros tamaños son similares, aunque mirándola bien la mía es algo más larga.

Midoriya parpadea.

-¿De verdad vamos a hablar del tamaño de nuestras pollas?

-Sensei, no pasa nada si la tienes algo más pequeña que yo. Sabes usarla.

-No es pequeña, mírala.- está flácida – Incluso apagada es del mismo tamaño que la tuya y ¡Oh, vaya! ¡Tú ya estás empalmado!

-¡Serás!

Se tira sobre él rodando por la cama entre risas y cosquillas.

Midoriya le pide que pare. Bakugou no obedece a nadie.

-Dices que necesito experiencia.- menciona gateando entre sus piernas – Empecemos pues, Izuku sensei – Midoriya se muerde el labio inferior notando la punta del miembro de Bakugou queriendo entrar en su agujero del cual ya es amo y señor – Enséñeme todo lo que sepa que le daré la vuelta y multiplicaré el placer que le daré por cien mil veces más.

The ChallengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora