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-Oh, ya estamos en esa época.

Murmura Bakugou leyendo un panfleto. El festival cultural de otoño de la UA está a punto de iniciar sus preparativos.

-¿Participarás?

-Todos los profesores estamos obligados a ello.

-¿Y qué haréis?

Pregunta mientras le da un gran mordisco a una jugosa manzana roja. El jugo le resbala por la barbilla. Un pervertido pensamiento cruza fugaz en Midoriya que centra su atención en algún rincón de la sala de profesores.

-Es un secreto.

Dice una vez recuperado.

-¿Incluso para tu novio?

Bakugou lo hace girar en su silla.

A Midoriya le han vuelto a crecer nuevas mariposas en el estómago.

-¿Qué hiciste tú cuando eras alumno?

Esquiva la pregunta.

El número uno sonríe relamiéndose los labios. Por esta vez lo va a dejar pasar.

-Nada.- responde dándole la espalda – No acudí en ninguno de mis tres años.

-¿Ni una sola vez?

-¿Qué sentido tenía participar en tonterías infantiles? Prefería entrenar a estar haciendo el idiota con el resto de extras idiotas.

El profesor luce cabizbajo. Su intención era invitarle. Sorprenderle. Recorrer los puestos juntos. Visitar las clases. Sabe que son muchos los héroes que acudirán al ser invitados y al ir el número uno también podría pasear sin necesidad de ocultarse bajo una mascarilla...

-Será mejor que no vengas mucho por aquí a partir de mañana. A estas horas el instituto estará plagado de estudiantes y profesores.

Bakugou masculla.

-¿Y por qué estamos aquí perdiendo el tiempo? – vuelve a hacerle girar en la silla para levantarle y empujarle con lujuria y cuidado a la mesa donde se cuela entre sus piernas. Encuentra sus labios más que jugosos, preparados. Su lengua ardiendo, como siempre. A Bakugou le encanta cómo besa Midoriya, Midoriya sabe que para Bakugou son sus primeros besos pero aprende rápido, demasiado, y cree que en algún momento se le derretirá la lengua o se la arrancará de un mordisco cuando éste se la sujeta con la punta de sus labios y succiona.

Eso le vuelve extremadamente loco.

-Es-esper-espera.- dice entre besos y risas. Bakugou no le deja respirar. Desde que se han probado mutuamente parecen animales en celo tras una larga, larga hibernación – Puede venir alguien.

-Solo estamos tú, yo, y el imbécil de seguridad a quien le aconsejé que no se atreviese a patrullar por esta planta si quería que su bonito y nuevo coche no saltara por los aires.

-¿Le has amenazado?

-Es broma.- encuentra de nuevo sus labios y no los deja marchar pasados varios segundos – Le dejé dos packs de cervezas sobre su mesa con una nota de la profe de filosofía. Le mola. Así que estará un buen rato bebiendo y pajeándose.

-No debiste hacer es-

-Joder Izuku, cállate de una puta vez y abre las piernas para mí.

Le pide jalándole de sus rizos hacia atrás.

A Midoriya le falta el aire, sin embargo no obedece.

Empuja a Bakugou quien teme haberse sobrepasado. Se disculpa caminando tras él como un perrito faldero hasta el sofá donde Midoriya toma asiento aflojándose la corbata al mismo tiempo que se abre muy lentamente de piernas.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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