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La velada trascurre con normalidad, muchas risas, anécdotas, y repetir una y otra vez momentos increíble e inolvidables de batallas pasadas de All Might contra villanos donde el protagonista no necesita narrar nada porque ya lo hace Midoriya por él. Comenta, habla, escucha, murmura y no deja de hablar.

Midoriya brilla más que Sirius, la estrella más brillante del cielo nocturno, que Bakugou está embelesado, derretido. Se ha convertido en un charquito de felicidad escuchando al profesor y es que adora escucharle, sonrojarse, reír, murmurar, avergonzarse.

¡Le encanta!

Le encanta estar enamorado.

Y aunque está hechizado su corazón se va haciendo cada vez más y más pequeñito conforme la cena va terminando. Sabe que será la última vez que pueda estar así con él. Donde sus rodillas se rozan. Donde sus dedos se han encontrado al querer tomar el vaso a la vez. Donde cruzan miradas y comparten sonrisas.

Todo por última vez.

No quiere que acabe.

No quiere que acabe nunca.

Por eso se está empapando de su sonrisa para recordarla en los momentos más duros en una batalla. Para no dejarse vencer. Para seguir con vida por si en un futuro vuelven a cruzar caminos, vuelve a la tener la oportunidad de invitarle a tomar una copa aunque él no beba, vuelve a tenerle a su lado bebiendo de esas pecas que le vuelven loco ser levantadas con las dulces sonrisas que le dedica Midoriya.

Va a grabarse su voz hasta agotarla de tantas veces que va a reproducirla cuando se vaya a domir.

Va a bañarse en su olor hasta que pierda el olfato de tanto inhalarlo y quedar incapacitado de oler otros olores salvo el suyo.

All Might nota a uno decaído, y al otro callando los nervios al no haber procesado aún lo escuchado.

Mira a uno y a otro, y siente que tiene que hacer algo para que esos dos tontos no dejen pasar el tren de compartir momentos juntos. Momentos que ningún otro podrá darles.

-Joven Bakugou-

La melodía del móvil privado del héroe suena alertándoles.

-Disculpad, tengo que atender la llamada.

-¿Es una emergencia?

Pregunta All Might. Su héroe interior aún sigue en alerta y con ganas de batallar.

-No lo creo, seguramente sea el idiota del Pikachu necesitando ayuda para rellenar unos informes.- dice quitándole importancia – En seguida regreso y más te vale no contarle anécdotas mías a Izuku porque todo lo que te cuente será mentira. Yo nunca me he caído al río intentando salvar a un gato o ser perseguido por un puñado de gallinas asesinas.

En cuanto desaparece, Midoriya quiere conocer esas historias. Sin embargo, All Might tiene una pregunta para él nada esperada.

-Has escuchado lo que dijo antes ¿Me equivoco? – su semblante se vuelve rojo. No puede aguantar la mirada ni esa dulce sonrisa – Sabía que serías especial para él por sus insistencia en que viniera.

-Lo siento.

-¿Por qué te disculpas, joven Midoriya?

-Por haberle hecho venir a conocer a un hombre patético.

Se encoge en su asiento.

All Might guarda silencio. Le observa detalladamente. Sus gestos. Sus expresiones. Le ha estado observando durante todo el tiempo. Al igual que a Bakugou. Y el verles reír juntos, el ver a Bakugou sonreír y no tener el entrecejo fruncido por primera vez ha sido inesperado sintiéndose aliviado. Siempre ha sabido que el número uno necesitaba ser amado para completarse como ser humano.

The ChallengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora