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Era el primer día del nuevo año en Hogwarts, y la emoción llenaba el aire. Estudiantes de todas las casas se reunieron en el Gran Comedor, donde el ambiente vibraba con anticipación por el anuncio del Torneo de Juegos Mágicos. La Gran Mesa estaba decorada con banderas de cada casa, reflejando el orgullo y la competencia que pronto se desataría.

Dumbledore se levantó, capturando la atención de todos. —Bienvenidos, estudiantes, a un nuevo año en Hogwarts. Este año, hemos decidido revivir una tradición que ha estado dormida durante años: los Juegos Mágicos de Hogwarts. Este torneo será una prueba de habilidad, valentía y trabajo en equipo. Solo los dos mejores estudiantes de cada casa serán elegidos para representarla.—

El murmullo se intensificó mientras los estudiantes comentaban entre ellos. Draco miró a Nico, quien parecía tan emocionado como él. —¿Crees que podremos ser seleccionados?— preguntó Draco, con una mezcla de nerviosismo y determinación en su voz.

Nico sonrió, confiado. —¡Por supuesto! Solo tenemos que demostrar que somos lo suficientemente buenos.—

Dumbledore continuó: —Las competencias incluirán desafíos mágicos, pruebas de ingenio y trabajos en equipo. Cada casa debe trabajar junta si quiere salir victoriosa. Y ahora, sin más preámbulos, anunciaré a los dos mejores estudiantes de cada casa para que nos representen en los Juegos Mágicos.—

Los estudiantes esperaron ansiosos mientras Dumbledore comenzó a leer los nombres. —De Slytherin, nuestros campeones son Draco Malfoy y Nico di Angelo.—

Una mezcla de gritos y aplausos estalló en la sala mientras los estudiantes de Slytherin vitoreaban. El rostro de Draco se iluminó de emoción, y Nico no pudo evitar sonreír ante el orgullo de su casa.

Antes de que los vítores se desvanecieran, Slytherin comenzó a cantar su himno, llenando el Gran Comedor con su energía competitiva.

Slytherin: "Los Vamos a Vencer"

Los vamos a vencer
Los vamos a vencer
Los vamos a vencer, a vencer

[Slytherin]
Los vamos a sacar
Los vamos a sacar
Los vamos a sacar, a sacar

[Gryffindor]
No ganarán nunca podrán
Ahora fuera de aquí
Creen que vencerán pero no es así
Unidos fuertes hay que ganar
Rudos no son y es nuestra ciudad
Las veces que perdimos antes ya no nos vencerán
Más fuerza nos van a dar
Tienen miedo si, ya se puede ver
Su dinero no apuesten pues lo van a perder
No nos pueden vencer na na na na na na
¡Vamos Gryffindor!
No nos pueden vencer na na na na na na
¡Vamos Gryffindor!

[Slytherin]
Nunca ganan y aún, hablan mucho sin pensar
Tal vez deban parar antes de comenzar
Hogwarts no hay más
Danos reconocimiento, nuestra educación hay que cuidar
Es el momento, oigan con atención hay un ruido allá
Hay fragilidad
Y muy muy pronto caerán, caerán
Y muy pronto caerán, caerán, lo verán
No nos pueden vencer na na na na na na
¡Vamos Slytherin!
No nos pueden vencer na na na na na na
¡Vamos Slytherin!

[Grifindor]
Hay presión, vamos a vencerlos
Nadie puede ahora detenernos
Slytherin sí, están a punto de caer, caer

[Slytherin]
Hay presión, ya casi les ganamos
Ríndanse, serán los derrotados
Gryffindor no, están a punto de caer, caer

[Grifindor]
Alto hay que llegar, pues vamos a ganar

[Slytherin]
Tal vez hay, que parar, pues ya no puedes más

[Grifindor]
La verdad es que hoy les vamos a ganar

[Todos]
¡No podemos parar!

El Gran Comedor se llenó de aplausos y gritos de apoyo, resonando entre las paredes. El orgullo de Slytherin se sentía palpable, mientras los estudiantes de otras casas miraban con mezcla de admiración y rivalidad. Nico sintió una oleada de determinación; sabía que tenían que trabajar duro para demostrar que eran dignos de su casa.

Dumbledore, viendo el entusiasmo, sonrió. —Recuerden, este torneo no solo es sobre la victoria, sino también sobre la amistad y la cooperación. Asegúrense de disfrutar cada momento.—

Después de la cena, mientras los estudiantes se dispersaban por el Gran Comedor, Draco y Nico intercambiaron miradas. —Estamos listos para esto, ¿verdad?— preguntó Draco, con un brillo de emoción en sus ojos.

—Sí, lo estamos. Juntos podemos lograrlo,— respondió Nico, sintiendo que su amistad se fortalecía con cada desafío que enfrentaban.

A medida que los días avanzaban, el entrenamiento se volvió más intenso. Draco y Nico se unieron a sus compañeros de equipo para practicar y mejorar sus habilidades. Las sesiones de entrenamiento estaban llenas de risas, pero también de momentos de tensión mientras se preparaban para los desafíos que se avecinaban.

Finalmente, el día del primer desafío llegó. La atmósfera estaba cargada de nerviosismo y emoción, y la mirada de todos estaba fija en el campo. Nico se sintió como si estuviera en el centro de una tormenta de energía, con los gritos de apoyo de sus compañeros resonando en su mente. —Este es nuestro momento,— dijo, girándose hacia Draco. —No solo estamos compitiendo por nosotros, sino por todos los que nos apoyan.—

Con esas palabras, se lanzaron al desafío con determinación, listos para enfrentar lo que fuera que Hogwarts les deparara.

El Último Hijo de la SombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora