El verano había llegado finalmente a Hogwarts, y mientras los últimos rayos de sol se filtraban por las antiguas ventanas del castillo, los estudiantes comenzaban a empacar sus maletas. Tres años habían pasado desde que Nico di Angelo había cruzado las puertas de Hogwarts. Tres años que, aunque parecían cortos, habían cambiado muchas cosas.
Draco Malfoy caminaba por los pasillos con paso seguro, aunque su mente estaba lejos de cualquier cosa que pudiera mostrar en su expresión fría. Había algo diferente en él, algo que había comenzado a gestarse en su interior durante el último invierno, y ahora se hacía imposible de ignorar.
Habían pasado los meses, y tanto Nico como él se habían vuelto inseparables. Donde fuera Draco, Nico estaba a su lado, y donde Nico fuera, Draco siempre estaba cerca. A simple vista, eran solo amigos. Todos en Slytherin lo sabían, comentaban sobre lo bien que hacían equipo, lo rápido que se entendían con una sola mirada, cómo parecían complementar sus fuerzas y debilidades. Eran el dúo perfecto.
Pero, en lo más profundo, Draco no podía negar que algo más había florecido.
Recordaba ese invierno, la manera en que ambos se quedaban hasta tarde en la sala común, hablando de cualquier cosa, compartiendo secretos que ninguno se atrevería a contarle a otro. Recordaba el sonido de la risa de Nico, su sonrisa en esos momentos en que bajaba la guardia y parecía un chico normal, lejos de sus oscuros orígenes. Draco nunca le había dado demasiada importancia a los sentimientos, pero en ese momento, algo en su interior comenzaba a retorcerse cada vez que veía a Nico.
A lo largo de los meses, esa incomodidad se había convertido en algo diferente. Una punzada que cada vez se volvía más aguda.
Draco no sabía cómo lidiar con ello.
El verano había llegado rápido, y mientras los estudiantes se preparaban para regresar a sus hogares, Draco observaba a Nico desde el otro lado de la sala común. El hijo de Hades estaba concentrado en sus propios asuntos, aparentemente despreocupado, aunque Draco sabía que Nico nunca bajaba del todo su guardia. Lo había llegado a conocer demasiado bien para no notar esos pequeños detalles.
—¿Listo para irte? —preguntó Draco, rompiendo el silencio, aunque sabía que era una pregunta trivial.
Nico levantó la vista y asintió lentamente, sus ojos oscuros captando los de Draco por un breve segundo antes de volver a lo suyo.
—Sí, supongo que volver a casa también tiene su encanto —respondió Nico con su tono tranquilo, aunque Draco sabía que esa "casa" para Nico significaba algo muy diferente.
Draco asintió, aunque algo en su pecho se apretaba al pensar en esos meses de distancia. ¿Cuándo había comenzado a importarle tanto?
El castillo se vaciaba, los pasillos silenciosos mientras cada estudiante volvía a su hogar, y con ellos, los secretos y emociones que habían acumulado durante ese año. Draco, sin embargo, sentía que una parte de él se quedaba en Hogwarts. O quizás, con Nico.
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El Último Hijo de la Sombra
FanficNico di Angelo, hijo de Hades, llega a Hogwarts bajo la oscura orden de su abuelo, Lord Voldemort. En un mundo donde nadie conoce su verdadero origen, se convierte en un enigma rodeado de sombras. Mientras navega por la vida escolar y lucha contra s...