CAPÍTULO 13

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—Quiero disculparme contigo, Elías

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—Quiero disculparme contigo, Elías. He actuado por impulso.

El reflejo de sí mismo en el espejo parecía juzgarlo por su comportamiento. Elías había sido su primer aliado y amigo por más de dos años. Sentía que, de alguna forma, seguía en deuda con él por salvarlo. Pero también se justificaba, si daban un paso en falso, todo se iba a arruinar y no era una opción, no cuando estaban tan cerca de conseguir esa victoria que tanto tiempo llevaban persiguiendo.

—Elías, tienes que entender que estaba preocupado por la misión. Si te has sentido mal, te pido una disculpa.

Después de varios intentos, rendirse con aquello era lo mejor. Si de casualidad se encontraba a Elías le pediría una disculpa y si no, solo esperaría a que pasaran los días. Además, estaba pensando en salir a pasear un poco y disfrutar la tarde, mientras esperaba las noticias por alguna red social.
Bastian salió de su habitación y se apresuró a bajar las escaleras. Estaba planeando una visita al centro comercial y luego le llevaría compras a su madre.

Cuando llegó al primer piso, tuvo esa extraña sensación de nuevo al recordar a Ariadne. La chica no había salido de su habitación desde que se abrazaron y él se escapó solo un poco después, usando una excusa. No sabía cómo reaccionar, ella se había acercado mucho, que sintió su corazón latir después de tanto tiempo.

En un impulso, subió rápido hasta el segundo piso y tocó la puerta de la joven antes de arrepentirse. Sus pensamientos confundían su mente. No entendía por qué necesitaba verla animada y no tan apagada como había estado las últimas horas.

La puerta se abrió, dejando ver unos tristes ojos grises. Todavía no habían lágrimas, era como si la joven siguiera en shock y no pudiera reaccionar.
—¿Quieres salir de la casa? —le preguntó él, tragando un poco de saliva.

—¿Vas a echarme?

—No, solo quiero llevarte a pasear un poco.

—¿Para qué?

—Pensé que querías conocer la ciudad.

—¿Irá Elías?

La pregunta terminó con la amabilidad que Bastian estaba teniendo. Exhaló con fuerza y volvió a pasar saliva para después mirarla fijamente a los ojos.

—Él ha salido con su novia —soltó sin siquiera pensar.

—¿Qué? —la confusión no se hizo esperar en la joven.

—¿No lo sabías? Elías tiene novia desde hace casi un año. Pensé que te había contado, después de pasar tanto tiempo juntos.

—¿Estás seguro?

—¿Te gusta?

—Somos amigos.

—No pregunté eso.

—¿No ibas a llevarme a pasear?

—Alístate. Tienes cinco minutos.

La conversación llegó a su fin cuando Bastian entró a su habitación con enfado. Le había mentido a Ariadne con tal de que dejara de pensar en Elías, pues su amorío no iba a llegar a nada.

La flor de origamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora