12 de marzo del 2022
Las lágrimas se habían detenido y lo único visible eran los ojos rojos, además del shock, debido a la noche anterior. Los recuerdos eran más claros con el pasar de las horas y aceptar que Lily estaba muerta era tan doloroso que ni siquiera quería pensar.
La rabia se apoderó de Bastian al recordar a aquel hombre sangrando con cada puñalada que le había propinado. Y no era para menos, se había desesperado al ver como ese miserable bajaba tambaleante del cuerpo de Lily y cerró su cremallera como acto final de su atroz cometido.
Después de tomar el teléfono del muerto y ver los mensajes, casi vomitó de la impresión. Se dio cuenta de que merecía sufrir más antes de morir, si hubiese podido revivir gente, sin duda lo haría con aquel hombre para matarlo de nuevo, pero más lento, poco a poco.
El televisor fue encendido, en ese momento, era el único medio por el cual podría recibir noticias acerca del asesinato. La pantalla mostró una foto del hombre, pero había más, una pista. Algo que despertó la curiosidad en los reporteros que hablaban, mediante el micrófono.
"Hoy, la ciudad está consternada tras el hallazgo del cuerpo del congresista Manuel Taylor, quien fue apuñalado veinte veces en el cuello. Era un líder querido por su trabajo en la comunidad, y su muerte deja un gran vacío. Lo más extraño es que junto a su cuerpo encontraron una flor de origami, que parecía fuera de lugar en la escena del crimen. La intensa lluvia de esta madrugada deshizo gran parte de ella, dejando solo algunos pétalos arrugados y sin huellas que pudieran ayudar a identificar al asesino. Las autoridades están investigando este misterioso caso."
Las palabras finalizaron y cambiaron drásticamente de noticia a otra de un accidente, sin embargo, nada acerca de Lily apareció. Era como si no hubiese pasado, como si la lluvia borró también aquel cuerpo que estaba a solo unos centímetros del congresista.
Bastian no supo como sentirse después de escuchar todo. Recordó que luego de recoger el teléfono comenzó a caer una tormenta. Sin opciones, dio un último vistazo al cuerpo de su amiga y se apresuró a regresar a su casa. No podía llamar a la policía porque lo meterían a la cárcel y no confiaba en la justicia para nada, además, el teléfono que había encontrado le serviría para iniciar su plan de venganza, o justicia, no le importaba ponerle un nombre, él solo quería matar a los otros involucrados.
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Las dos semanas de preparación habían terminado y el veinticinco de agosto llegó. La sexta misión estaba en pie, con el equipo completo y listo para salir.
—Voy a adelantarme —mencionó Bastian. Estaba vestido y había tomado lo que necesitaba—. Ya saben, cierren con llave y que todo salga bien.
Su corta despedida con los otros tres llegó a su fin. Se apresuró a salir y cuando estaba en la puerta principal, una sensación extraña volvió a golpearlo. Pensó en subir las escaleras y despedirse también de Ariadne, pero no lo hizo. Solo siguió su camino.
Ambos no habían hablado mucho, solo intercambiaban palabras cuando ella cocinaba y les servía la comida, pero después de eso no había más. La chica solo parecía ser cercana a Elías y era algo que molestaba a Bastian, pero se mantuvo al margen, pues no quería acercarse a nadie, no podía, no lo haría sabiendo que tendría que despedirse en solo unos meses.
La sexta misión parecía sencilla, pero era más complicada que las anteriores. El ojiazul tomó su motocicleta y condujo hasta el punto ciego indicado. A diferencia de las anteriores, no se había vestido por completo de negro ni traía pasamontañas, estaba expuesto.
Pasaron alrededor de cincuenta minutos y caminó unos metros hasta la avenida más cercana y esperó al taxi que también era parte del plan. Se subió después de que Elías le confirmara que era el momento.
Las dudas invadieron el ambiente y con ello su cabeza. El restaurante tenía cámaras de seguridad y a pesar de que Elías le confirmó que estaban bloqueadas, sintió inquietud.
Ingresó al lujoso lugar, pasando por el hombre de seguridad, quien le regaló un un saludo de bienvenida. Tomó asiento en la mesa adecuada, donde pidió lo acorde al plan y espero las indicaciones.
Solo unos minutos después, Gabriela llegó. Su porte tan elegante deslumbró a los meseros, quienes la vieron emocionados. Se sentó también en su mesa y abrió su portátil para revisar los detalles de la reunión.
El plan comenzó cuando Elías habló por el auricular. Rebecca ingresó al restaurante de inmediato, dando inicio a la misión.
Bastian se levantó y con lentitud, fue hasta la zona de baños. Ingresó a uno y cerró la puerta para preparar la inyección que horas antes le había entregado la rubia.
"Ahora", dijo Elías por el auricular.
Los guantes desechables cubrieron sus manos en un movimiento rápido y luego se dirigió hasta el baño de mujeres. Bastian ingresó después de asegurarse que no había nadie viendo y entonces la encontró, pero no estaba sola.
Gabriela Clark tenía una expresión de horror en su rostro. Con sus manos trataba de agarrarse el cuello, en un intento desesperado de respirar sin lograrlo.
El joven ojiazul palideció, no por ver a la periodista así, pues de todos modos él iba a acabar con ella. Una mezcla de preocupación y rabia se apoderaron de él al notar como esos ojos grises estaban tan abiertos por el shock.
—Ariadne.
La joven que se suponía, debía quedarse en la casa, estaba ahí. Tenía una jeringa vacía en su mano temblorosa y su cuerpo expresaba la reacción por lo que acababa de hacer. Al parecer, recién se había dado cuenta de lo que implicaba un asesinato.
Hasta aquí la actualización de esta semana. Espero que les gusten los capítulos.
Dejen sus 🌟 y comentarios si les está gustando la historia.
Hasta la próxima semana, saludos para todos y gracias por leer. 💖
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La flor de origami
Ficción históricaDesde las sombras del anonimato, un asesino hace de las suyas por motivos que solo él conocía. A pesar de todo, la mayoría de gente sigue pensando en él como un monstruo, debido a que sus víctimas no tienen más en común que sus actos de humildad. É...