xii. | Reacomodo de la balanza

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TODO ES UN DESASTRE.

Como fiel creyente de la ciencia, siempre intento sustentar todo lo que me rodea, pero es inevitable creer en la balanza de la vida. Cuando todo parece ir excelente, en un momento se intercambia todo y se oscurece.

Cole jaló mi mano con fuerza y yo sostuve a Rose para que no cayera. No entendíamos nada de lo que sucede, pero con ver a Cole lleno de ira y lágrimas en su cara fue suficiente para tomar su mano y seguirlo a donde nos llevara, incluso al fin del mundo.

Un efecto domino quedó en nosotros cuando mi mejor amigo se detuvo y quede aplastada entre ambos. Cole no se inmutó.

Y después lo entendí.

Nuestro lugar seguro, el lugar que ha hecho sentir vivo a Cole, nuestro club de cuentos y esculturas está... destruido. Hay piezas de barro por todos lados, nuestra estructura esta caída y nuestros libros quemados. Es como si una parte de nosotros se rompiera con él.

Rose detuvo a Cole, cuando sus piernas no pudieran sostenerlo.

Ninguno podía decir nada, ni siquiera cuando Anne llegó, llorando.

— Me traicionaste... Confié en ti —exclamó Cole con dolor, colocándonos detrás de él, como si nos protegiera de ella.

— ¿De qué estás hablando? —tartamudeó Anne.

— ¡Trajiste a la profesora y le hablaste de mí, Anne! ¡¿Estás tan desesperada por agradar?!

Jadeé sin poder decir una palabra. Mi corazón late dolorosamente y mi boca se amargó.

— ¡Le dijo a mis padres que no estoy yendo a la escuela!

— T-trataba de ayudar...

— ¡Pues arruinaste mi vida! —su voz se quebró entre llanto—. No dejaran que me vaya de la granja, ni siquiera para la escuela. ¡Sé acabo! ¡No tengo nada!

JUST YOU | Gilbert BlytheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora