Me desperté temprano, hacía un poco de frío, es lo que conlleva esta estación del año, tenía a Violeta acostada en mi pecho, su cuerpo boca abajo sobre mi parte derecha del cuerpo. Su mano derecha pasando mi pecho, su izquierda, reclinada cerca de la almohada, mi derecha rodeando su cintura y mi izquierda, que antes descansaba junto a mi cuero, ahora fue a parar a sus mechones pelirrojos, dejando suaves caricias.
Amo despertar junto a ella, sentirla cerca mía, como descansa en paz, como su cuerpo se mueve levemente a causa de su respiración tranquila y me hubiese encantado quedarme ahí, pero se me ocurrió una idea que, tanto a ella como a su familia, les encantaría, comprar churros y chocolate.
¿A quien no le gusta unos churros y un chocolate calentito por la mañana en invierno?
Así que, con sumo cuidado, levanté su cuerpo un poco, sacando el mío y la volví a dejar con cuidado.
Juro que intenté no despertarla, pero fue imposible...
- Mmm - Gruñó abriendo levemente los ojos - ¿Qué hora es?
Miré la hora en el móvil antes de contestar.
- Las 8 y pico, perdón, no quería despertarte - Pasé mi mano por su pelo mientras ella me miraba con una pequeña sonrisa.
- No importa, ¿a dónde vas tan temprano? - Se incorporó un poco quedando sentada al lado mío y frotándose los ojos.
- A comprar una cosa, vuelve a dormirte anda, que estás cansada - Acaricie su espalda con cariño.
- ¿El que? ¿Quieres que te acompañe? - Negué mientras ella recostaba su cabeza en mi hombro.
- Voy a comprar algo para desayunar, duérmete corazón - Dejé un beso en su cabeza mientras ella me sonreía tiernamente por lo del desayuno y se volvía a acostar.
Me levanté de la cama y la arropé dejando un beso en su nariz mientras ella sonreía enternecida.
Salí de la casa con cuidado y sin hacer ruido, fui caminando, con una sudadera de Violeta puesta, a la cafetería de la esquina, esperé mi turno y pedí muchos churros y chocolate para llevar.
Estuve esperando alrededor de media hora, tiempo durante el cual varios niños emocionados por ser navidad me habían pedido fotos.
Qué vergüenza, las pintas que llevo.
- Pero, ¿vuestros padres saben quién soy? - Las miré nerviosa, no estaba acostumbrada a esto y varios adultos me miraban a la lejanía.
- Si!!, saben que te admiramos mucho, de verdad muchísimas gracias por la foto - El grupo de chiquillas se fue poco después.
Si, me saqué la foto con el gorro de navidad que tenía ayer, eso es lo más patético.
Bueno, eso no, lo es que todo Twitter explotara, pues yo me había denominado como "el grinch" y al día siguiente aparecí con un gorro.
Poco después me entregaron el desayuno y volví a casa, donde ya todos estaban despiertos y en el salón, los pequeños miraban hacia los regalos si pestañear hasta que llegué yo.
- Pero ¿porque has tardado tanto tata?! Que hemos tenido que esperar porque los abuelos no nos dejaban abrir los regalos - Sara me hizo un puchero y yo la miré sorprendida por cómo había llamado a los padres de Violeta.
Mire de reojo a los susodichos y ellos miraban a mi hermana con una sonrisa inmensa, sin duda habían establecido un vínculo muy bonito.
- ¿Te importan más los regalos que unos deliciosos churros con chocolate? - Señalé las dos bolsas blancas que llevaba y a los tres menores se les abrieron los ojos de par en par.
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Todo por un poema || Violeta Hódar OT2023
Novela JuvenilDonde Elisa y Violeta ya se conocían y habían tenido una relación hacia unos años que había terminado a causa de comportamientos extraños y misteriosos para la pelirroja. Donde ambas han rehecho su vida y seguido con su camino. Donde un concurso la...