Capítulo 42

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Bienvenidos a uno de los capítulos más hots de todo el libro (en mi opinión) 👀🔥

Sexto mes.

Pov Lisa🖤

Mi madre se encargó de encontrar una profesora de hidroginástica para Jennie, y al principio del sexto mes ella ya había comenzado a tomar las clases.

El nombre de la profesora era Marta, tenía 52 años e iba a nuestras casas tres veces por semana para ejercitarse con mi mujer en la piscina.

Continuaba trabajando más de ocho horas al día, esforzándome para pasar el mayor tiempo posible con ella y nuestra hija. Estaba empezando a sentirme un poco mal porque mi papel de madre no podía ser jugado de la forma que quería, pero afortunadamente las cosas empezaron a mejorar.

—Creo que estoy siendo exigente contigo.

Levanté la cabeza distraídamente de la lectura que tenía en uno de los cinco contratos depositados en mi mesa. Mi padre estaba con las manos en los bolsillos y una expresión culpable.

—¿Por qué? —pregunté, genuinamente curiosa.

—Acabas de casarte. No tuviste ni una semana antes de volver al trabajo, y estás saliendo muy tarde para quien tiene una mujer embarazada llena de amor para dar esperando en casa.

Me reí por las verdades, sobre todo porque rogaba para que ellas vinieran seguidas de un "¡Toma vacaciones!". Pero nada es perfecto, y eso tampoco lo sería.

—Te quiero aquí hasta las 8. Después de eso, considérate expulsada de mi empresa —dijo, ya volviéndose yendo a cuidar de los problemas que le esperaban.

—¡No me iré ni un minuto después! —grité para que me oyera, desde el exterior— ¡Estoy hablando enserio!

—¡Excelente! —Oí su voz resonar del pasillo— ¡Tienes cinco minutos para irte!

Miré el reloj del ordenador portátil frente a mí mientras me levantaba de la silla. Marcaba las 07:56h.

—Cuatro minutos, querido padre —hablé conmigo misma, apagando todo de cualquier manera y reuniendo los papeles en el cajón— Cuatro minutos.

[...]

Gracias a la benevolencia de Marco Manoban, el final de mi viernes fue llenado con la bastante agradable compañía de mi esposa, que, al verme llegar más temprano de lo normal (y estando despierta), se mostró, como él había dicho, llena de amor para dar.

La mañana siguiente, sábado, fui despertada con el mismo amor de la noche anterior, con besos y lamidas bastantes interesantes. Lo que no recordaba era que aquello era parte de una celebración. Una celebración de la cual yo me había olvidado completamente.

—Buen día —Jennie habló con su voz más ronca y sexy cerca de mi oído, sentada sobre mis caderas, moviendo el cuerpo allí de forma intencional. Yo, obviamente, ya estaba dura como una piedra: Ella me había dejado en ese estado sin que estuviera consciente.

Jennie podía hacer ese tipo de cosas.

—Buenos d... —comencé, pero no conseguí terminar la sentencia porque ella decidió sentarse en mi polla a la vez— Pppffhhh... —conseguí decir, sosteniéndola por la cintura mientras aún intentaba volver completamente a la realidad— ¿Qué hice para merecer esto?

Jennie se rió contra mi oído, levantando un poco las caderas sólo para sentarme en mí otra vez. Y otra vez gemía.

—¿No sabes qué día es hoy?

Me puse preocupada por un momento, haciendo cuentas mentalmente para asegurarme de que no había olvidado ninguna fecha importante. Nuestro primer mes de casadas ya había sido hace más o menos dos semanas, y recordé la ocasión, trayendo flores, bombones y un collar de perlas. Nuestro segundo mes aún no había llegado.

My Sweet Prostitute | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora