Capítulo 29

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Pov Jennie 🌹

Los tres días que pasaron el lunes, martes y miércoles se mostraron increíblemente vacíos. Mis mañanas y tardes eran solitarias, y cuando Lisa llegaba a casa mucho más tarde de lo normal, los diálogos eran tan discretos que parecían estar allí por pura educación. Ella no estaba siendo en absoluto grosera, pero estaba tan lejos que me hacía mal.

Intentado no ser egoísta, quise creer que su alejamiento se daba porque, como ella había dicho y mostrado, muchas pendencias de la empresa tendrían que ser cerradas hasta el final del año. Esto probablemente justificaba el hecho de llegar a casa después de las 10 y, mientras no dormía, hablaba por teléfono con algunas personas diferentes sobre contratos y otras cosas que yo no entendía.

Sin embargo, era imposible dejar de extrañarla. No era la falta de sexo que me incomodaba, sino la falta de cualquier tipo de interacción entre nosotras. Y yo tenía miedo de tomar alguna actitud en cuanto a eso simplemente porque tenía miedo de ser rechazada, aunque el motivo fuera el trabajo.

Pero el miércoles por la noche, el 30 de diciembre, el portátil había sido finalmente dejado de lado.

—Voy a quedarme sin camisas de esa manera.

Yo había robado una de sus camisas de vestir. Me sentía a gusto con ellas. La que vestía ahora era rojo oscuro, casi sangre. Asumía la culpa de estar apropiándome de cosas de ella, pero aún así no dejé de sonrojarme al oír sus palabras. Tal vez estaba siendo un poco abusada, pero al menos tendríamos algo por lo que discutir.

—Ah... lo siento.

—No estoy reclamando, de ninguna manera. Sólo era un comentario —ella pronunció, viéndome roja

—Está bien. Debería habértela pedido antes de tomarla...

—No, no me importa. Y esa quedó mejor en ti que la otra.

Me di cuenta de que ella me miraba de arriba abajo, evaluando cada detalle. Me sentí feliz no por sus miradas indiscretas, sino porque parecía que, por primera vez que volvimos de Londres, ella me estaba realmente viendo.

—Sólo porque te gusta el rojo... —hablé tranquilamente, yendo a sentarme junto a ella en la cama y cubriéndome rápidamente hasta los ojos para que el frío pasara.

—No me gusta el rojo en general. Me gusta el rojo en ti. Es interesante como contrasta con el tono de tu piel —dijo tranquilamente, ahora mirándome a los ojos, ya que eran las únicas cosas que el edredón no cubría de mí.

Seguí mirándola, deseando que estuviera más cerca.

—¿Dónde sueles pasar el año nuevo? —pregunté de repente.

—Con Rosé. Ella siempre hace una fiesta en su casa.

Asentí con la cabeza sin motivo, sólo para tener algo que hacer.

—¿Quieres ir a otro lugar? —me preguntó, tratando de entender mi silencio.

—No... ¿Van muchas personas?

—Sólo personas de su familia y amigos cercanos. Evita invitar a la gente aburrida para ese tipo de ocasión.

Sonreí contra el edredón que cubría mi cara. Seguimos mirándonos por algún tiempo, sin decir una sola palabra. Quería saber lo que estaba pensando, quería poder predecir lo que haría después. Pero me mantuve allí, sólo deseando que ella hiciera algo.

—¿Quieres ver televisión? —Lisa desvió sus ojos de los míos y se giró para tomar el control en la mesita de noche, encendiendo la televisión enseguida. Arranqué el control de su mano con rabia y apagué otra vez el aparato.

My Sweet Prostitute | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora