Capítulo 25

763 82 31
                                    

Pov Jennie 🌹

Salí del baño ya vestida, lista para ver la reacción de Lisa, pero ella ya no estaba allí. Las ropas de su maleta parecían un poco desordenadas, entonces me imaginé que se había ido a bañar a uno de los varios baños repartidos por aquella casa.

Peiné mi cabello y moví un poco de mechones aleatoriamente, tratando de dejarlos más rebeldes y ondulados. Tomé mi antigua caja de maquillaje y escogí algunos colores apropiados para la ocasión.

Terminé arrojando un poco de spray fijador en el pelo, un tipo de laca. En la cara, opté por una línea fina negra con un delineado oscuro, una sombra ligeramente plateada muy discreta, un rubor que parecía combinar con mi tono de piel y gloss natural, no exagerando con el color de mis labios.

Miré hacia mi cuello y noté algunas marcas claras que permanecían allí, aunque antiguas. Pasé capas finas de crema para los hematomas y, a continuación, puse un collar dorado para cubrirlos.

Me calcé unos zapatos altos dorados y me puse pendientes también, me miré en el espejo. Me di cuenta de que estaba bonita. Realmente hermosa, e incluso un poco seductora. Por primera vez, no me sentía desplazada al estar en medio de la familia de Lisa y toda esa belleza. Por primera vez me sentía a la altura de ella.

Tiré todo de vuelta en la maleta y me giré, lista para ir en busca de la desaparecida, pero me llevé un susto al verla allí, parada al lado de la puerta abierta como un fantasma vistiendo un vestido blanco justo, usaba un maquillaje que realzaba hermosamente sus ojos, además usaba también tacones negros. Su cabello estaba liso y un poco rebelde, pero perfecto, como siempre.

—Por el amor de Dios, haz ruido cuando llegues —Ella continuó mirándome, su expresión recordándome a la de un lemur, y entonces, pasando un susto, tuve ganas de reír.

—El vestido me quedó perfecto. Gracias —hablé, tratando de sacarla de su estado catatónico.

—Eso estoy viendo.

Estaba hermosa, y me sentía muy bien con eso. Pero ver aquella expresión en Lisa era algo que no tenía precio.

—¿Cómo acertaste en las medidas?

—Conozco tu cuerpo.

Ah, sí, ella lo conocía muy bien. Recordaba las noches de "estudio", y me daban escalofríos cada vez que surgían en mi cabeza. Pero no sabía que me conocía tan bien.

—Lisa , quieres venir pronto y ayudar... ¡Vaya, Jennie! —Aquello de aparecer como magia era cosa de familia. Al igual que Lisa, Bambam también tenía esa manía.

—Bambam, ¿estás babeando por mi novia?

—Claro que no. Sólo estoy dejando en claro que está muy bonita.

—Gracias, Bambam —agradecí, halagada.

—Sabes, eres grande, pero tengo un bate de béisbol —Lisa hablaba de forma tranquila y psicópata, pero noté que estaba jugando.

—Okay, señorita Síndrome de Otelo. Deja de ser una hija inútil y ven a ayudar a tus padres con la cena —Bambam salió de la habitación, bajando las escaleras y dejándonos en las mismas posiciones.

Lisa continuó mirándome, con una expresión peligrosa en la cara, y entonces imaginé que una de las dos tendría que hablar primero.

—Bueno, ¿vamos?

Caminé hacia la puerta, pero en el momento en que cruzaría el umbral hacia el pasillo, ella empujó la puerta delante de mí, llevándonos a cabo dentro de la habitación. La miré sintiendo un cierto frío en la barriga.

My Sweet Prostitute | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora