Capítulo 34

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Pov Jennie🌹

Mi tercer mes de embarazo estaba empezando, y en lo que a mí respecta únicamente por el estómago que por fin comenzaba a mostrar signos de crecimiento, Lisa se preocupaba por absolutamente todo: la empresa, la mudanza y el embarazo.

Su preocupación era exagerada, como me imaginaba que sería. Pero fue sólo el lunes después de la noticia que noté que su comportamiento súper protector me daría más dolor de cabeza de lo que imaginaba.

—¿Qué estás haciendo? —ella dijo, entrando al baño sin en ningún momento pensar que tal vez pudiera estar invadiendo mi privacidad.

—¿Cepillarme los dientes? —respondí, levantando hasta la altura de sus ojos el cepillo de dientes que sostenía.

—¿Por qué despertaste tan temprano?

—Me desperté a la hora habitual...

—Exactamente. Creo que deberías empezar a despertar más tarde...

La miré, genuinamente confusa.

—Mi horario en el trabajo no ha cambiado...

—¿Qué? ¡No puedes ir a trabajar! —dijo con un poco desesperada, como si acabara de anunciar que iba a practicar bungee jumping.

—¿Y por qué no?

Pero era claro que ya sabía la respuesta. Era la respuesta estándar, motivo de todo a partir del momento en que Lisa supo de la noticia.

—¡Por qué estás embarazada!

—¿Y...? —proclamé.

—¡"Y" no puedes ir a trabajar embarazada!

—¿Recuerdas que ya he trabajado embarazada durante dos meses, no?

—¡Por qué no lo sabíamos! Ahora que sabemos, tenemos que hacer lo correcto. ¡Tú y el bebé pueden correr riesgos!

—¿Explícame cómo puedo correr algún riesgo arreglando libros en orden alfabético?

—¡Hay escaleras en esa mierda! —Bueno, era obvio que estaba en lo correcto en cuanto ese punto. Pero yo no era idiota.

—Por supuesto que no voy a subir las escaleras. Voy a hacer el trabajo más ligero.

—¡Tú no vas! —me cortó, ya tomada por la desesperación.

—¡Yo voy! ¡Deja de mandarme!

—¡No te estoy mandando! ¡Lo estoy pidiendo!

Su voz salía alta, lo que sería muy divertido si no fuera asustadizo.

—Lisa, por el amor de Dios. Es sólo que al final del embarazo el trabajo debe ser interrumpido. Y si eso no es suficiente para ti, quiero que sepas que yo nunca pondría a nuestro hijo en riesgo.

Ella se detuvo, hasta un poco jadeante, mirando de una forma maniaca mi vientre.

Llegué tarde al trabajo aquella mañana, por diversos motivos.

Primero, Lisa insistió para que llevara dos abrigos, alegando que el tiempo todavía estaba muy frío, incluso cuando nos acercábamos a primavera.

Segundo, porque me hizo tomar un desayuno redoblado, diciendo que mis energías deberían estar en su punto para el día de trabajo.

Tercero, porque me insistió en hacerme prometer, por todas las almas sagradas del universo, que tendría cuidado.

Cuando finalmente me dejó en la biblioteca, porque aunque tenía que ir por el camino inverso hacia donde iba todos los días para ir a trabajo, Lisa se rehusó en dejarme ir a pie o en taxi, ella parecía aún más temerosa.

My Sweet Prostitute | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora