Capítulo 48

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Pov Jennie🌹

Ella sonrió por primera vez el mismo día que cumplió dos meses y, por supuesto, a causa de Lisa. Estaba decidida a hacerla entender sus argumentos sobre música, lo que aparentemente la divertida.

—Entonces, ¿estás de acuerdo? —habló animadamente, y ella sonrió otra vez.

Estábamos en casa de Chitthip y Marco, y los dos parecían completamente admirados con la escena también. Ella pasaba la mayor parte del tiempo mirando a Lisa con atención absoluta, reparando en las muecas que hacía y en cómo movía las manos.

Con unas semanas más, ella no sólo sonreía, tambien intentaba imitar sus expresiones faciales. Lisa se divertía mucho con aquello, y la desafiaba a conseguir hacer las caras más bobas que conseguía. La escena era adorable, pero a menudo tenía que recordarle que despertaba temprano al día siguiente y que, por eso, lo mejor para hacer después de pasar más de tres horas "conversando" con Ella, era dormir.

A los tres meses ella ya sonreía tanto que no entendía cómo los músculos de su cara no quedaban cansados. Ella lo hacía para cualquiera que decidiera hablar con ella, fuera Lisa, yo, los abuelos, el pediatra o alguien en la calle. Era como si simplemente adorara a todo el mundo.

Además de sonreír a la gente, a Ella le gustaba hablar con ellos. Bastaba alguien para que dijera algo a ella para que iniciara un debate. Si la persona continuaba sus argumentos, ella se disponía a balbucear y hacer sonidos en respuestas hasta que estuviera cansada. A veces, la palabra no necesitaba ni ser dirigida a ella.

—Nuestra hija es comunicativa, ¿verdad? —Lisa se rió abiertamente, observando a Ella responder al reportero en el canal de noticias de la televisión por cable.

A esa edad sus ojos comenzaron a cambiar. Hasta donde podíamos ver, sus párpados empezaron a rasgarse como los míos, lo que hizo que Lisa ya comenzara a cantar victoria, y yo, a decepcionarme un poco.

—Pero ella es toda tu cara —argumenté.

—Pero los ojos son tuyos —replicó— Y vas a ser los ojos más lindos del mundo.

Pero como los días pasaban, algo empezó a cambiar. Simplemente no parecía ser como debería.

—Amor —me llamó cuando salí del baño— Ven acá.

Estábamos en sábado. Eran las 9 de la mañana, y el día estaba excepcionalmente claro y cálido.

Caminé hasta la cama y miré a Ella, que se divertía sola en el colchón con Lisa sentada cerca de ella. Parecía estar conversando y riéndose consigo misma.

—¿Qué pasó?

—Mírala —La miré y ella me miró de vuelta, ya sonriendo y emitiendo sonidos de alegría.

—Hmm... —solté.

—¿Era para ser así?

—No...

—¿Es la claridad?

—Creo que no.

Nos quedamos en silencio durante un momento mientras ella nos ignoraba, jugando con sus propios dedos como si fueran mágicos.

Alcanzé un juguete colorido que estaba colgado en su cuna y lo traje hacia ella. Ella paró de mirar sus propias manos y miró hacia el objeto delante de él. Sus ojos brillaron.

Lo moví de un lado a otro, como si estuviera hipnotizándola. Siguió con los ojos el movimiento que yo hacía, pareciendo muy compenetrada. Llevé una mano delante de su ojo derecho y repetí el movimiento. Ella continuó siguiendo con el único ojo abierto. Repetí el procedimiento con el ojo izquierdo, y una vez más, Ella siguió el objeto con la máxima atención.

My Sweet Prostitute | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora