Capítulo-17

26 11 6
                                    

Valentina estaba terminando de arreglarse frente al espejo, mientras pensaba en la pequeña mentira que estaba a punto de contarle a sus padres. Sabía que no aprobarían su encuentro con Haiden, y mucho menos con Marcos. Justo cuando se ajustaba el último detalle de su cabello, Mía entró en su habitación con una sonrisa.

—¿Lista para nuestra "sesión de estudio"? —bromeó Mía, usando comillas en el aire.

Valentina soltó una risa nerviosa, pero asintió.

—Sí. Aunque técnicamente es una mentira piadosa, ¿no? Mis padres no tienen por qué saber que en vez de estudiar, vamos a salir con Haiden y... bueno, con Marcos también.

El rostro de Mía cambió de inmediato al escuchar el nombre de Marcos. Sus ojos se entrecerraron y su tono se volvió más serio.

—Espera... ¿Cómo que Marcos? ¿Qué hace él en todo esto?

Valentina se mordió el labio, sabiendo que esto iba a ser un problema.

—Haiden me dijo que Marcos también vendría... y no quise decírtelo antes porque sabía que reaccionarías así.

Mía soltó un bufido y cruzó los brazos.

—¡Genial! El plan era salir, no tener que soportar a ese imbécil.

Valentina intentó calmarla, pero antes de que pudiera decir algo más, su madre apareció en la puerta.

—Vale, ¿segura que van a estudiar? —preguntó su madre con una expresión escéptica.

Valentina se apresuró a asentir, sonriendo.

—Sí, mamá. Solo un rato en casa de Mía. No te preocupes.

Sofía, su madre, no parecía del todo convencida, pero finalmente asintió y les dio permiso para salir.

Ya fuera, en el lugar de encuentro, Haiden estaba esperando junto a su moto, mientras que Marcos revisaba la suya. Valentina se acercó a Haiden con una sonrisa y lo saludó con un beso rápido en la mejilla.

—¿Lista para una pequeña aventura? —preguntó Haiden, sonriendo.

Valentina asintió, emocionada. Sin embargo, Mía se detuvo de golpe al ver a Marcos, quien se limitó a mirarla con su típica actitud despreocupada.

—Ni creas que voy a montar contigo —espetó Mía con una mirada desafiante.

Marcos arqueó una ceja, claramente divertido.

—¿Y cómo piensas irte, entonces? Porque no veo otro lugar para ti.

—¡Prefiero caminar! —contestó Mía, girándose con intención de alejarse.

Marcos soltó una carcajada seca.

—Bueno, si no te importa llegar en tres horas... pero si subes, cierra la boca, ¿sí? No quiero escuchar tus quejas todo el camino.

Mía lo miró con furia, pero sabía que no tenía otra opción. Finalmente, bufó y se subió a regañadientes en la parte trasera de la moto de Marcos.

—Si sigues hablando, puedes bajarte en cualquier momento —advirtió Marcos, mientras arrancaba la moto.

—¡Qué amable! —Mía replicó sarcásticamente, agarrándose de su cintura sin muchas ganas.

Valentina observó la escena con una mezcla de diversión y preocupación. Mientras tanto, Haiden le guiñó un ojo y le ofreció un casco.

—No te preocupes por ellos. Siempre es así —dijo, subiendo a su moto y esperando que ella hiciera lo mismo.

"Entre dos mundos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora