Marcos lo observó con una expresión curiosa, notando algo diferente en Haiden. Algo oscuro, más profundo que la última vez que lo había visto.
—¿Qué te trae de vuelta? —preguntó, aunque Haiden supo que Marcos ya sospechaba la respuesta.
—Necesito volver a las carreras -dijo Haiden sin rodeos—. No solo por el pasado, sino por algo más. Algo que necesito descubrir.
Marcos frunció el ceño y se cruzó de brazos, dudando.
—¿Esto tiene algo que ver con tu viejo?
Haiden asintió lentamente. No había hablado del video con nadie, pero sabía que Marcos tenía que ser la primera persona en enterarse.
—Encontré algo... de mi padre. Un video. Él sabía que estaba en peligro, y que yo también lo estaría. Necesito respuestas, Marcos. Y creo que este es el único lugar donde puedo empezar a buscarlas.
Marcos permaneció en silencio por un momento, digiriendo lo que Haiden acababa de decir. Luego, se pasó la mano por el cabello, visiblemente preocupado.
—Mira, Haiden... Las cosas han cambiado desde que te fuiste. Las carreras no son lo mismo, y las personas que están ahora involucradas son mucho más peligrosas de lo que eran antes. Si vuelves, te estarás metiendo en algo grande.
—Lo sé —respondió Haiden con firmeza—. Pero no tengo otra opción. Necesito averiguar qué pasó con mi padre y con su gente. Y sé que los que están en las carreras lo saben.
Marcos suspiró, pero al final, asintió.
—Si eso es lo que quieres, te ayudaré. Pero debes estar preparado, porque una vez que entres, no hay vuelta atrás.
Haiden asintió. Sabía que regresar significaba mucho más que montar una moto y competir. Implicaba enfrentarse a personas que sabían más de su padre que él mismo, a secretos que podían ponerlo en riesgo. Pero ya no podía ignorarlo. Necesitaba la verdad, aunque eso lo pusiera en la misma línea de peligro que su padre.
—Estoy listo —dijo, con determinación en la voz.
Marcos lo miró un momento más antes de girarse hacia el fondo del garaje, donde estaban las motos que usaban para competir.
—Vamos a prepararte entonces. La próxima carrera es en unos días. Si vas a volver, será en grande.
Haiden observó cómo Marcos comenzaba a trabajar en una de las motos, y una extraña sensación lo embargó. Volver al mundo de las carreras lo hacía sentir como si una parte de sí mismo, que había estado dormida por mucho tiempo, despertara. El rugido de los motores, la adrenalina, y el riesgo... todo eso le recordaba por qué alguna vez había amado ese mundo.
Sin embargo, sabía que ahora no corría solo por la emoción. Esta vez, había mucho más en juego.
Marcos ajustó los guantes en silencio mientras Haiden inspeccionaba la moto. El ambiente se sentía cargado, como si el aire fuera más denso de lo habitual. Haiden no podía evitar sentir que algo estaba fuera de lugar, como si el destino le estuviera jugando una mala pasada.
—¿Qué harás cuando consigas esas respuestas? —preguntó Marcos de repente, su tono más suave que antes.
Haiden se quedó en silencio por un momento, pensando en la pregunta. Había pasado tanto tiempo concentrado en descubrir la verdad, que no había considerado qué haría después. Tal vez, en el fondo, tenía miedo de lo que encontraría.
—No lo sé —admitió—. Pero necesito saberlo. Necesito entender por qué mi padre terminó muerto y por qué me dejó pistas sin explicaciones.
Marcos asintió, pero su mirada reflejaba una mezcla de preocupación y resignación.
ESTÁS LEYENDO
"Entre dos mundos"
Novela JuvenilEn un mundo donde el dinero dicta el destino, Valentina lo tenía todo: belleza, poder y una vida bañada en lujos que muchos solo podían soñar. Sin embargo, detrás de cada sonrisa perfecta y de las fiestas exclusivas, se ocultaba un vacío que ni la r...