Todo parecía estar bien, al menos eso pensaban, los días seguían transcurriendo, las cosas iban bien, pero Haiden realmente sabía que la tormenta que su padre le dejó no se iba a calmar fácilmente aunque Valentina hacía una pausa es todo ese tormento, tenía que saber la verdad, necesitaba estar en paz con él mismo.
Haiden llegó al lugar de la carrera sintiendo la familiar descarga de adrenalina corriendo por su cuerpo. El rugido de los motores, el olor a combustible y el sonido de las apuestas creando un murmullo constante le recordaban a su antiguo yo, a esos días en los que las carreras lo hacían sentir vivo. Pero ahora todo era diferente. Tenía a Valentina en su vida, y eso lo cambiaba todo. No estaba ahí para impresionar a nadie, ni para escapar de su dolor. Estaba ahí porque era parte de quien era, pero también porque sabía que tenía que dejarlo atrás algún día.
Bajó de su moto y comenzó a caminar hacia el grupo de corredores. Las motos estaban alineadas, sus motores rugiendo, y los espectadores rodeaban las pistas esperando la próxima carrera. Las luces de neón iluminaban el lugar, dándole un aire casi irreal. Mientras avanzaba, sintió una presencia familiar. Alzó la vista y, entre la multitud, sus ojos se encontraron con los de Mattias
Su antiguo rival, estaba apoyado contra uno de los autos, con una sonrisa arrogante en el rostro. Hacía meses que Haiden no lo veía, pero la rivalidad entre ambos seguía tan viva como siempre. Era conocido por ser un corredor temerario, uno que no se detenía ante nada para ganar. Y había algo en la forma en que lo miraba que hacía que todos los sentidos de Haiden se pusieran en alerta.
-Mira quién ha decidido regresar al ruedo -dijo Mattias, con esa sonrisa cínica que siempre había irritado a Haiden-. Pensé que ya habías colgado los guantes, amigo. ¿O será que estás aquí solo para recordar los viejos tiempos?
Haiden se acercó lentamente, manteniendo su expresión neutral, pero sus ojos reflejaban una mezcla de desafío y cautela. Siempre había sido alguien de quien no podías fiarte completamente. Cada palabra que salía de su boca parecía tener una doble intención.
-No vine a jugar, Mattias -respondió Haiden, con voz firme-. Estoy aquí por la carrera, nada más.
Mattias soltó una carcajada, como si la respuesta de Haiden le resultara divertida.
-¿La carrera? Claro, claro. Sabes que no es solo eso, ¿verdad? -inclinó la cabeza, mirándolo de arriba abajo-. Lo que pasa en estas pistas no es solo correr, Haiden. Es poder. Es respeto. Y lo has perdido desde que te alejaste.
Haiden apretó los puños, pero mantuvo su calma. No iba a caer en las provocaciones de él, no esa noche. Sabía que intentaba llevarlo a su terreno, buscarle las cosquillas para que cometiera un error.
-No necesito tu respeto -respondió Haiden, mirando alrededor-. Solo estoy aquí para lo que vine. Terminaré la carrera y me largaré.
Mattias arqueó una ceja, sorprendido por la firmeza en las palabras de Haiden. Era claro que no había vuelto a este mundo para quedarse. Pero él no era de los que dejaba pasar las oportunidades.
-¿Sabes? -comenzó, caminando alrededor de Haiden-. Escuché que tienes una chica nueva. ¿Valentina, verdad? No me sorprendería que pronto te distraigas con ella y pierdas el enfoque en las carreras. O peor, que ella vea lo que realmente haces aquí y decida que no le gustas tanto después de todo.
El corazón de Haiden latió con fuerza. Mencionarle a Valentina había sido un golpe bajo, y lo sabía. Sin embargo, en lugar de reaccionar con violencia, se mantuvo firme.
-Valentina no tiene nada que ver con esto -dijo, con un tono peligroso-. Y te aconsejo que la mantengas fuera de tu boca.
La sonrisa de Mattias se amplió, como si hubiera logrado exactamente lo que quería.
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"Entre dos mundos"
Teen FictionEn un mundo donde el dinero dicta el destino, Valentina lo tenía todo: belleza, poder y una vida bañada en lujos que muchos solo podían soñar. Sin embargo, detrás de cada sonrisa perfecta y de las fiestas exclusivas, se ocultaba un vacío que ni la r...