Nanna II

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Gema Lancaster

Caigo sobre el pecho de Chris con la respiración acelerada, sigue sin salir de mi pero deja que me quede sobre el.

Desde hace unas semanas lo noto distinto, se que el día de la misión de las nórdicas el seguro fue con Rachel, me duele pero supongo que debo aceptarlo además si el no hubiera ido con ella yo no habría pasado una maravillosa noche con el señor Banks.

Ese hombre me hizo sentir deseada, Dios en el momento que estaba frente a el olvide todo, que tenía novio, que era una misión, que solo cumplía con un papel, el me llevo a lugares que no conocía y auque despúes la culpa me abarco no dejo de pensar en el, juro que puedo sentir sus labios de nuevo.

— Debo ir a la central — Christopher me saca de mi ensoñación cuando habla.

— Claro yo debo ir al baño

Salgo de el y una sensación de vacío me inunda, cubro mi cuerpo con las sábanas y camino al baño, una vez dentro escucho como Chris se viste, ruedo los ojos al ver la ropa tirada en el suelo, la tomo con cuidado y cuando estaba por dejarla en el cesto de la ropa sucia algo se cae.

Mis ojos se abren por la sorpresa, mi gargante se queda seca y yo solo recojo el brazalete.

No puede ser, es el mismo que le dí a...

El recuerdo de esa noche viene de nuevo, yo bailando, el arremetiendo contra mi, y para toque final yo dejando la pulcera.

Escucho sus pasos acercarse y guardo la pulcera de inmediato, no quiero que el sepa que ya se que fue el quien estuvo conmigo, salgo del baño y sonrío para salir corriendo.

Creo que es momento de hacerle recordar esa noche a mi querido novio.

Christopher Morgan

Tiro los papeles sobre el escritorio, paso mis manos por mi cara frustrado, la piramide no deja de joder y como si no tuviera suficiente Rachel llego ayer diciendo que Antoni no la ha parado de molestar, si no fuera porque ella es parte de la captura ni la escucho, desde que estuve con Gema en el ocúlos deje de frecuentar a otras mujeres.

Me la paso pegado a ella y a la delicia que carga entre las piernas, nunca pense que el sexo con ella sería más que sensacional, siempre que intentaba siquiera penetrarla lloraba como cobarde y despúes de esa noche parece ninfomana mientras me monta, el recuerdo de nosotros dos esta mañana levanta mi mienbro de la nda.

La puerta se abre y por ahí entra la mujer de mis fantasías enfundada en una gabardina color gris, se acerca contoneando las caderas y me toma de las mejillas dandome un beso, la tomo de la nuca intentando profundizarlo pero me lo impide.

— Quise darte una sorpresa — Sus largas uñas acarician la boca barba que tengo antes de separarse — Además supe que estas estresado por como saliste del pent house.

Va a la ventana y cierra con cuidado la pequeña cortina que evita que se pueda ver, regresa con una sonrisa de inocente que solo hacen que las ganas de volver a follar con ella aumenten, sigo sus movimientos y veo como saca dos listones de su gabardina.

— Si prometes hacerme caso, te dare una gran recompensa

— Si la recompensa sera tu en cueatro mientras te lleno el coño acepto — Niega divertida pero eso no la detiene, toma mis manos y las amarra en el posa brazos de la silla — Cuida lo que haces Gema, sabes como soy si vas a jugar con fuego debes estar dispuesta a quemarte.

— Lo sé perfectamente y creeme te conozco en todas tus facetas, en la de criminal, coronel y Legión — Me sorprendo cuando meciona el último — Acaso crees que no se perfectamente quien eres, el infierno que hemanas, me subestima que pienses eso.

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