Marie Lancaster
¡Tú puedes Marie! ¡Vamos!
Toco la puerta y para calmar mis nervios acaricio mi pequeño vientre de cinco meses, los minustos siguen pasando y nadie sale, estoy por resignarme esta casa era mi última esperanza de trabajo, supongo que tendre que seguir mi plan original y aceptar la condición de mis padres para que me perdonen.
Dar a mi bebé en adopción o irme a encerrar a la casa que tiene afuera de la ciudad
Suspiro y comienza a caminar hacía la salida cuando de la nada una mujer abre las rejas del gran portón mientras me ve de manera despectiva.
— ¿Quién eres y qué haces aquí?
— Buenas tardes — Saludo cortezmente apesar del tono que uso conmigo — Vengo por el trabajo
Rueda los ojos y yo me controlo para no saltar encima e insultarla, espero y ese deseo sea por las hormonas del embarazo.
— Sigueme
Asiento y camino detras de ella, llegamos a la entrada de la gran mansión y me quedo boquiabierta cuando la mujer abre la puerta y veo todo el lujo que rodea esta casa, si es que se le puede llamar así.
— Sientate llamaré a la señora y no intentes nada, hay seguridad por todos lados
Su insinuación me ofende tanto que estoy por reclamarle pero la mujer es lista al irse en cuanto ve mi expresión, cuenta hasta diez Marie, cuenta hasta diez.
Muevo mis manos nerviosa sobre mi vestido mientras comienzo a reparar todo, sonrío cuando ve la foto de un pequeño bebé de cabello negro y ojos grises, parece un muñeco, un carraspeo me saca de mis pensamientos y una mujer se encuentra frente a mí, su aura detona poder y por su mirada se ve que es un poco amargada.
— Me dijieron que buscas trabajo
— Así es señora, me presento soy Marie Lancaster y estoy interesada en trabajar con ustedes — Me levanto ofreciendole mi mano la cual se queda colgada en el aire cuando me deja botada, grosera.
— Sientate niña, vere que tan capaz eres
Esto será muy largo...
El tiempo paso entre preguntas y una que otra ofensa ocultada bajo sus palabras, evidentemente le respondí suficiente tenía con la mujer de la entrada como para soportar a la señora amargada que ya no esta porque según ella debe buscar algo de vital importancia.
Pongo mi mano sobre mi pierna mientras suelto un suspiro cansado para seguir esperando hasta que una pequeña voz me llama la atención.
— ¡Sueltame, ya te dije que no quiero! — Apesar de que es la voz de una niño tiene fuerza y impacto — ¡Le dire al tío Reece, sueltame!
Hago una mueca al escuchar como apesar de que lo intenta no logra ocultar el miedo en su voz, es leve pero yo logro distinguirlo, una especie de impulso me abarca y me levanto del lugar apesar de las instrucciones de la señora, escucho la voz cada vez más cerca.
— ¡Dios ahora entiendo porque tú mamá te abandono! — Llego hasta donde escucho las voces y veo a la misma mujer de la entrda tomando muy fuerte del brazo al niño, me acerco pero antes de que llegue estruja la piel en sus manos dandole un pellizcón al pequeño que sin evitarlo comienza a llorar — ¡Deja de llorar o te daré una razón para que lo hagas!
Levanta su mano dispuesto a pegarle pero me interpongo es demasiado tarde para detenerla y solo siento su mano impactar su mano en mi mejilla.
A la mierda la paciencia
ESTÁS LEYENDO
One Shots
FanfictionPequeñas historias cortas que se me ocurren en su mayoria de pecados placenteros.