Feel love - Buddie

Capítulo 20: Donde se Detiene el Miedo

La casa de Eddie un par de horas antes...

Eddie estaba solo en su casa, Chris estaba en la casa de un amigo y él tenía libre esa noche. En otro momento le parecería la combinación perfecta para descansar tranquilamente. Pero en ese momento, tanta tranquilidad y soledad eran una combinación fatal, mucho para estar a solas en su cabeza y pensar en cosas en las que no quería.

Se recostó en el sillón, tomando su celular para distraerse con las redes, pero su mente volvía constantemente a Buck. Desde que había sido dado de alta, parecía que Buck había evitado cualquier contacto con él. Su teléfono siempre parecía estar apagado, haciendo que nunca estuviera en línea y que sus llamadas terminaran en el buzón. Llamadas que nunca eran respondidas.

No sabía si en realidad Buck no lo había perdonado por lo pasado en los meses anteriores o si había terminado de arruinarlo todo cuando asumió que vendría con él a casa, cuando le dieron el alta. Lo que sí sabía era que al parecer Buck no quería hablar con él, y cualquiera fuera el motivo, de que lo estuviera evitando nuevamente, lo hacía sentir desesperado y devastado.

Eddie no era tonto, sabia que la herida emocional que se había hecho en su relaciona, por lo ocurrido entre ellos, aun seguía abierta, y dolía. El jamás había esperado que solo con una charla en el hospital las cosas estuvieran como antes, pero pensó que estaban progresando luego de lo cerca que habían estado los pasados días en el hospital. Y le dolía pensar que había arruinado todo otra vez por su impulsividad. No sabía cómo enfrentar ese dolor ni cómo reconciliar lo que había sucedido.

Aun en el sillón no puede dejar de ver la pantalla de su celular. Había pasado las últimas horas dando vueltas por la sala, nervioso, pensando en si debía escribirle a Buck o no. Desde que Buck fue dado de alta del hospital, las cosas entre ellos habían sido extrañamente distantes, y esa brecha lo carcomía. Se sentía culpable, aunque no sabía exactamente qué había hecho mal. "¿Debería escribirle?", se preguntó una y otra vez.

Finalmente, se decidió. Abrió la conversación con Buck, que llevaba días en silencio, y escribió algo sencillo:

Eddie: Hey Buck, ¿Cómo estás?

Le dio enviar, pero apenas el mensaje salió, se arrepintió. "Es demasiado corto, demasiado simple. No es suficiente", pensó mientras veía fijamente el celular. La espera para una respuesta fue eterna, aunque solo pasaran unos minutos, para Eddie fueron horas. Volvió a escribir, esta vez algo con más peso, algo más personal. Pasó por varios intentos de escribir y borrar el mensaje antes de que le pareciera adecuado.

Eddie: Mira, no sé si hice algo mal, si te alejé nuevamente sin querer... pero lo siento. Me gustaría poder solucionarlo. Desde que te dieron el alta, siento que algo cambió entre nosotros y no sé cómo arreglarlo. Solo quiero que sepas que estoy aquí, si me necesitas. Me encantaría verte y hablar contigo Buck

Lo leyó una y otra vez antes de sentirse conforme con el resultado para enviarlo. Su corazón latía descontroladamente cuando finalmente presionó el botón. El teléfono temblaba en sus manos mientras veía que Buck había recibido y leído los mensajes... pero no respondía. Con la sensación de un último manotazo de ahogado mando un nuevo y breve mensaje.

Eddie: Te extraño, Buck. Mucho

El silencio que siguió fue ensordecedor. Eddie dejó el teléfono en la mesa y se tiró al sofá, frustrado consigo mismo. "¿Por qué lo hice? ¿Por qué le escribí eso?". Se cubrió los ojos con el brazo, intentando calmarse, pero la ansiedad seguía ahí, martillando en su pecho.

Cada minuto que pasaba sin un mensaje de vuelta se sentía como una eternidad, pero decidió no insistir más. Había intentado, al menos, y eso tendría que ser suficiente por ahora. Justo cuando estaba a punto de levantarse y olvidarse de todo, su teléfono vibró. Lo tomó rápidamente, y su corazón se detuvo por un segundo cuando vio la llamada entrante.