Capítulo 5: Starting over

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Decidida a hacer un cambio, Leah se sentó en su escritorio, rodeada de papeles arrugados y partituras. Era hora de dejar de lado las distracciones y concentrarse en lo que realmente importaba: su música. Cada vez que la idea de Nicholas se colaba en su mente, sentía que se sumergía más en un mar de autocompasión, y eso debía detenerse.

No más distracciones, se repitió una y otra vez, mientras preparaba su guitarra. Tenía que encontrar una forma de canalizar toda esa energía que había estado desperdiciando en pensamientos vacíos.

Se levantó de la silla, respirando hondo. Fue entonces cuando se dio cuenta de que había estado viviendo en un ciclo de repetición: soñando despierta, sintiéndose patética, y luego prometiéndose a sí misma que lo dejaría. Esta vez, sería diferente.

Leah se comprometió a dedicar al menos dos horas cada día a su música. No solo a tocar, sino a componer, a escribir sus propias letras, a encontrar su voz. Decidió que era el momento de trabajar en una canción que había estado posponiendo durante semanas. Había un par de ideas esbozadas en su mente, pero nunca se había tomado en serio la creación de una pieza completa. Era el momento de dejar de ser solo una cantante en potencia y convertirse en una artista.

Con su guitarra en mano, comenzó a tocar acordes. Al principio, las notas sonaban torpes y poco inspiradas, pero poco a poco, la melodía empezó a fluir. Era un proceso doloroso, pero liberador. Cada nota que salía de su guitarra era un paso más hacia la liberación de las cadenas que la mantenían atrapada en su propia mente.

Se sentó en el suelo de su habitación, la guitarra apoyada en sus piernas, y dejó que las palabras empezaran a surgir. La canción comenzó a tomar forma, un reflejo de sus luchas y aspiraciones, de su deseo de ser más que solo una cara en un sueño. Las letras hablaban de la lucha, de la necesidad de superarse, de romper con el pasado.

Leah se perdió en el proceso creativo, sintiendo que cada acorde la acercaba más a la persona que quería ser. Poco a poco, la sombra de Nicholas comenzó a desvanecerse. Se dio cuenta de que su esfuerzo estaba creando una nueva identidad para ella, una que no dependía de fantasías imposibles.

Días se convirtieron en semanas, y cada día se sentía un poco más fuerte, un poco más cerca de convertirse en la artista que siempre había querido ser. Sus letras cobraban vida, llenas de pasión y autenticidad. En cada ensayo, su voz resonaba más segura, y su corazón latía con una nueva energía.

Un día, mientras practicaba en su pequeño departamento, decidió grabar un fragmento de su nueva canción en su teléfono. Al escuchar la grabación, se sintió satisfecha. No era perfecta, pero había algo en esa interpretación que resonaba con ella. Tal vez era un pequeño paso, pero era un paso en la dirección correcta.

Quizás este es el camino que necesito seguir, pensó, sintiendo una chispa de esperanza. Por primera vez en mucho tiempo, Leah se sintió en control de su vida.

Mientras tanto, las notificaciones de su teléfono seguían sonando, pero esta vez, no se sentía tentada a revisar las redes sociales. Había algo más importante que necesitaba hacer: seguir construyendo su sueño, una nota a la vez.

Y así, decidió que ya no pensaría en Nicholas. Si quería convertirse en cantante, debía enfocarse en su música, no en los sueños de una vida que no era suya.

Era el momento de escribir su propia historia, y estaba lista para dejar de lado las distracciones. La vida de Leah no dependía de un capricho. Era su propia vida, y estaba lista para vivirla.

𝐓𝐡𝐞 𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭 𝐒𝐢𝐧𝐧𝐞𝐫'𝐬Where stories live. Discover now