Capítulo 27:the wrong kiss

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El ambiente de la fiesta era puro glamour. La celebración íntima para el equipo de "Monsters", el nuevo proyecto de Nicholas y Cooper, era una oportunidad para relajarse antes de la gran premiere. Leah lucía espectacular en un vestido ajustado color vino, con una caída de seda que resaltaba cada curva, haciéndola ver etérea, como una diosa entre las luces tenues del jardín.

Al llegar al evento, todos los ojos se posaron en ella. Nicholas, a su lado, parecía orgulloso de mostrarla, su brazo firmemente colocado en la cintura de Leah, como si quisiera dejar claro que ella era suya. Todos en la fiesta la adoraban, fascinados por su belleza y su encanto natural. Pero había un nerviosismo en el aire que Leah no podía sacudirse.

Entre risas, copas de champagne y conversaciones llenas de elogios por el éxito inminente de la película, Leah trataba de mantenerse al margen de la tensión que siempre existía en su relación con Nicholas. Sin embargo, no podía evitar sentir que algo se avecinaba, algo que rompería la burbuja de perfección que había intentado crear.

Mientras Nicholas y Cooper se mezclaban entre la gente, charlando sobre futuros proyectos y el éxito de "Monsters", Nate apareció de la nada. Vestía con elegancia, pero su actitud despreocupada y su sonrisa traviesa eran lo que realmente destacaban. Leah lo vio desde lejos, notando cómo él la observaba con un brillo juguetón en los ojos.

"Te ves hermosa, Leah," dijo Nate cuando finalmente se acercó a ella en el jardín, apartándola de la multitud sin que Leah pudiera oponerse.

"Gracias," respondió, un poco incómoda. Sabía que Nate era encantador, pero algo en su tono la hizo sentir vulnerable.

Él la miró con una intensidad que la desarmó. "Nunca debí haberte dejado escapar aquella vez. Sabes que siempre he sentido algo por ti."

Leah intentó reír, incómoda por la dirección que estaba tomando la conversación. "Nate, estoy aquí con Nicholas. No es el momento..."

Pero antes de que pudiera terminar, Nate se inclinó hacia ella, sus labios encontrando los suyos en un beso repentino y descarado. Leah, sorprendida, intentó alejarse, pero no lo suficientemente rápido. En ese momento, sintió una sombra a su lado.

Nicholas los vio. Sus ojos oscuros destellaron de ira, la mandíbula tensa y los puños cerrados, como si estuviera a punto de explotar.

"Nick, yo... no es lo que parece," balbuceó Leah, tratando de acercarse a él, pero Nicholas ya había dado media vuelta, alejándose rápidamente.

Leah lo siguió apresurada, tratando de alcanzarlo antes de que desapareciera entre la multitud. Finalmente lo encontró en un rincón más privado de la casa, su expresión era fría, su mirada como hielo.

"¿Qué fue eso, Leah?" gruñó Nicholas, su voz baja pero llena de veneno.

"Yo no... fue Nate, yo no..."

"No me importa quién fue," la interrumpió él, dando un paso hacia ella. "Al parecer, prefieres besarte con ese mediocre fotógrafo que conmigo. No tienes derecho a reclamarme nada, Leah. Al fin y al cabo, nosotros nunca hemos sido una pareja oficial, ¿no es así?"

Las palabras de Nicholas la atravesaron como un puñal. Todo lo que habían vivido juntos, todo lo que ella había sentido, reducido a nada en un segundo.

"Nicholas, ¿cómo puedes decir eso? Hemos pasado tanto juntos, y ahora me vienes con que no somos nada oficial..." Leah apenas podía contener las lágrimas, su voz quebrándose. "Yo pensé que significaba algo para ti."

Nicholas soltó una risa sarcástica, dando un paso hacia atrás. "Claro que significas algo, Leah. Pero no eres la única en mi vida. No ahora, no nunca."

Antes de que Leah pudiera replicar, Marie apareció en escena, su pelo pelirrojo brillando bajo las luces, su mirada desafiante y su presencia envolvente. Con una sonrisa maliciosa, se acercó a Nicholas, deslizándose a su lado como si siempre hubiera pertenecido allí.

"¿Nos vamos?" dijo Marie, mirando a Nicholas como si Leah no existiera.

Nicholas la miró por un segundo, y luego, sin mirar a Leah, asintió. "Sí, vámonos."

Leah quedó paralizada, observando cómo Nicholas y Marie salían juntos de la fiesta. Su corazón latía con fuerza, sus emociones desbordándose. No podía creer lo que acababa de pasar. La rabia, el dolor, la traición... todo se mezclaba en su pecho mientras las lágrimas finalmente comenzaban a caer.

Cooper y Liv aparecieron justo a tiempo para ver a Leah desmoronarse. Liv la abrazó, tratando de consolarla, mientras Cooper miraba la escena con una mezcla de desaprobación y simpatía.

"Leah, sé que esto duele, pero..." comenzó Liv, con su voz suave pero firme. "Tienes que admitir que cometiste un error al no frenar a Nate. Él te besó, y tú no hiciste nada."

"Liv tiene razón," añadió Cooper, en tono más directo. "Nicholas tiene derecho a estar molesto. Nate te faltó al respeto, y deberías haberle puesto un alto antes de que él tomara las riendas."

"Pero... ¡yo no lo quise! Yo no lo provoqué..." Leah intentó defenderse, pero la realidad era que sabía, en el fondo, que había sido demasiado pasiva. Nate la había sorprendido, pero no había hecho lo suficiente para detenerlo.

Cooper suspiró, cruzándose de brazos. "No te estoy diciendo que Nicholas esté actuando bien. Él es... complicado, por decir lo menos. Pero también tienes que aprender a defender tus límites, Leah. No puedes dejar que Nate, o Nicholas, o quien sea, decida por ti."

Liv le dio un apretón en el brazo, asintiendo en señal de apoyo. "Es hora de que tomes el control de tu vida, Leah. Nadie lo va a hacer por ti."

Leah, todavía con el corazón roto, sabía que sus amigos tenían razón. Pero en ese momento, todo lo que podía sentir era la devastación. Nicholas la había destruido, y aunque sus amigos estaban allí para apoyarla, se sentía más sola que nunca.

𝐓𝐡𝐞 𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭 𝐒𝐢𝐧𝐧𝐞𝐫'𝐬Where stories live. Discover now