Capítulo 12. Peleando con el rey de dioses.

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Capítulo 12. Peleando con el rey de dioses.

Escuché que alguien maldecía y luego nada más, sólo sentí que el aire a mi alrededor se volvía más frío, no podía apartar la vista de mi mamá cayendo.

— ¡Marlee! —chilló Bea y dio un salto atrás.

Observé mis manos, brillaban gracias a los rayos que las recorrían, volví a mirar el cielo.

Zeus venía, y aunque me parecieron minutos, se que todo eso sucedió en segundos.

La rabia explotó en mi interior.

Porque él quiere matarme. Porque mi mamá está cayendo. Porque él le hizo sufrir.

Oí mi propio gruñido y luego, de alguna forma di un salto tan alto que fui más allá de la altura de una columna de alumbrado, mucho más allá.

Crucé junto a Zeus, apenas un metro, le dirigí una mirada llena de odio y seguí, directo hacia mamá.

Cuando me abracé a ella, supe que no fue un simple salto, que en realidad estaba volando y que mamá tenía algo parecido a una capa de escarcha.

Me desesperé y comenzamos a caer, nuevamente, ésta vez ambas caíamos.

Dije algo que en realidad no procesé, tal vez fue un ruego, no lo se, pero al ver el suelo a no tanta distancia, me dieron unas enormes ganas de llorar.

Volteé, de espaldas al suelo, abrazando a la persona que más amo, que más me ama, que ha dado todo por mí.

Si alguien debe sentir todo el impacto, debo ser yo.

Y a cincuenta centímetros de nuestra muerte, nos detuvimos. Alterada, con los ojos cerrados, esperé el impacto pero nunca llegó.

Abrí los ojos, y de pronto caímos, aunque no fue suficiente como para matarme, dolió como el demonio, aún más teniendo a mi madre que me saca casi dos cabezas sobre mí.

Gemí y la empujé un poco para posarla junto a mi, acaricié su mejilla con alivio al notar que simplemente se había desmayado.

Pero creo que mi vida no podía ser tan fácil, porque Zeus estaba a cinco metros, observandome atento.

Me levanté, interponiendome entre mi madre y él, con la esperanza de que yo sea suficiente para mantenerla a salvo.

— ¡Padre! —Alexander llegó corriendo y levantando una mano—. No lo hagas, no quieres hacerlo.

— ¿Y qué sabes tú sobre lo que yo quiero o no quiero hacer? —su voz me causó un temblor en todo mi cuerpo.

— No hace falta —insistió posicionándose ante él —. No vas a hacerlo.

—Siento que insinuas que tú...

—Voy a hacerlo y lo sabes bien. No creo que seas tan ignorante con mis capacidades.

Zeus apretó los labios, disgustado —. Qué forma de dirigirte a mí.

—Qué forma de tratar a tus hijos...

Pegué un grito cuando un rayo impactó su pecho y lo tiró al suelo. Estaba a punto de ir, cuando Alex se levantó frotándose la zona afectada con una mueca.

—El fuego no se pelea con fuego, padre. Por favor —se atrevió a sonreír—, no eres tan idiota.

—Pero sí inmortal, y tú no.

Lo siguiente que vi, fue polvo levantarse, la lluvia caer con más fuerza, rayos aquí y allá.

Y a Bea arrastrando a su mamá hacia nosotras.

Solo soy una Greengrass. (SSG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora