Reino De Lunaris

Susurros de un Cielo Verde

Arcadion

Me encontraba sumido en mis investigaciones en el laboratorio, rodeado de pergaminos desordenados, frascos de cristal y el habitual caos de mis inventos en diversas etapas de desarrollo. El aire estaba impregnado del aroma de hierbas secas y tinta, creando una atmósfera que siempre encontraba reconfortante. Era un lugar donde mis ideas podían fluir como el agua de un manantial, donde el tiempo parecía dejar de existir.

Sin embargo, a medida que avanzaba en mi búsqueda del legendario tesoro de Eldarion, una inquietud comenzó a apoderarse de mí. Los resultados no eran los que había esperado. Las pistas eran esquivas, desvaneciéndose como sombras al atardecer, y la frustración empezaba a hacer mella en mi ánimo. Me rasqué la barbilla mientras revisaba un antiguo mapa que había logrado descifrar, y me di cuenta de que la búsqueda del tesoro se sentía más como un sueño que una realidad tangible.

De repente, sentí la necesidad de un respiro. Me acerqué a la ventana y me asomé. Lo que vi me dejó atónito: un cielo de un verde brillante se extendía sobre el horizonte, iluminando la tarde con un resplandor inquietante. La luz vibrante era casi hipnótica, y sentí una punzada de curiosidad y temor.

"¿Qué podría significar esto?" me pregunté, recordando las viejas leyendas que hablaban de presagios en el cielo. Mi mente viajó a un libro que había leído en mi juventud, uno que contenía historias sobre eventos sobrenaturales y su conexión con el destino de los reinos. Una frase resonó en mi memoria: "Cuando el cielo se tiñe de verde, los hilos del destino se entrelazan con oscuros presagios."

Con el corazón acelerado, me di cuenta de que esa luz no era simplemente un fenómeno natural. "Algo está sucediendo," pensé. La emoción y la preocupación comenzaron a fusionarse, llenando mi mente con imágenes de lo que podría estar ocurriendo.

Sin pensarlo dos veces, dejé mi trabajo en la mesa y salí del laboratorio. Caminé rápidamente hacia los jardines del castillo, donde la luz del cielo se hacía más intensa. A medida que me acercaba, noté que algunos de los habitantes del castillo miraban hacia arriba con expresiones de asombro y miedo.

—Arcadion, ¿has visto eso? —preguntó una de las sirvientas, con la voz temblorosa—. Es... es inquietante.

—Sí, lo he visto. No es un buen presagio —respondí, sintiendo la presión de la situación. Sabía que debía advertir a la reina Selene sobre lo que había observado.

Me dirigí rápidamente a la sala del trono, donde la reina y algunos nobles estaban reunidos. Cuando llegué, la conversación se detuvo y todas las miradas se posaron en mí.

—Reina Selene —comencé, tratando de mantener la calma—, hay algo que debo informarles. El cielo se ha teñido de verde, y no es un fenómeno natural común. Recuerden las antiguas leyendas que hablan de cambios en el reino.

La reina me miró con una ceja levantada, su expresión reflejaba curiosidad, pero no temor.

—Arcadion, seguramente es solo un reflejo del clima. Nunca hemos tenido sucesos extraños en nuestro reino —dijo, sonriendo con despreocupación.

—Pero, su majestad, este tipo de luces… —intenté argumentar, pero los nobles comenzaron a murmurar entre sí, restándole importancia a mis palabras.

—No hay razón para alarmarse, Arcadion. Tal vez deberías tomártelo con más calma —intervino uno de los barones, riendo entre dientes.

Frustrado, me retiré, sabiendo que no podía dejar que mi preocupación cayera en oídos sordos. Salí de la sala, decidido a investigar por mi cuenta. El destino del reino podría estar en juego, y no iba a permitir que una simple luz verde se convirtiera en un mal presagio sin una explicación.

A medida que me alejaba, una sensación de urgencia me empujaba a actuar. Sabía que la luz en el cielo podía estar relacionada con algo más profundo. Sin más tiempo que perder, me dirigí hacia el corazón del castillo, decidido a descifrar el significado de esa luz antes de que fuera demasiado tarde.