Liora
Ver a Caelum ganar en la competencia llenaba mi corazón de alegría y orgullo. Aun desde la distancia, podía sentir su energía radiante, como si la misma victoria le diera un brillo especial en sus ojos. Quise quedarme a celebrarlo, pero Arcadion nos hizo una señal imperceptible desde la esquina de la arena. Había descifrado un nuevo hechizo, algo que podría ayudarnos en la búsqueda de Giselle. A pesar de la emoción de la competencia, sabíamos que nuestra misión no podía esperar.
Me deslicé entre la multitud para encontrar a mis hermanas, Naia y Seren. Con un leve asentimiento, las tres entendimos que era hora de partir.
Llegamos al taller de Arcadion, el espacio lleno de pergaminos, extraños instrumentos mágicos y libros de hechizos antiguos. Arcadion estaba esperándonos, con un brillo de emoción en los ojos.
—¡Por fin!— exclamó, extendiéndonos un antiguo manuscrito con letras gastadas—. Encontré un hechizo que podría ayudarnos a localizar a Giselle. No es sencillo, pero vale la pena intentarlo.
Naia cruzó los brazos y frunció el ceño, escéptica como siempre, pero no dijo nada. Seren, en cambio, sonreía con esperanza, aferrándose a cualquier posibilidad que nos acercara a nuestra meta.
Nos colocamos en círculo, Arcadion frente a nosotras guiándonos con precisión. Seren comenzó a encender velas encantadas alrededor, mientras Naia recitaba la invocación que habíamos memorizado.
—Es muy importante que mantengan la concentración— dijo Arcadion en voz baja—. Necesitamos que todas nuestras energías se sincronicen.
Empecé a recitar el conjuro, sintiendo cómo la magia fluía en el aire. A cada palabra, mi mente se llenaba de imágenes borrosas, de sombras que intentaba descifrar. Pero, justo cuando sentí que algo se conectaba, el hechizo se disolvió en la nada.
—¡Otra vez!— gritó naia, apretando los puños contra el suelo de frustración—. ¡Siempre es lo mismo!
Seren la miró con una mezcla de tristeza y preocupación, mientras yo suspiraba, tratando de ocultar mi propia frustración.
—Tal vez solo necesitamos más tiempo…— murmuró Seren, aunque sus palabras no parecían convencerla del todo.
—¿Tiempo?— respondió, exasperada—. Hemos intentado esto durante días, Seren, y no hemos avanzado nada.
—Naia…— puse una mano en su hombro—. Sé que esto es importante para ti. Pero a veces, forzar la magia no nos lleva a ninguna parte.
Iba a responder, pero en ese instante escuché pasos en el pasillo. Hice una señal a mis hermanas para que guardaran silencio, y me acerqué a la puerta entreabierta, espiando sin hacer ruido.
Ahí, en la penumbra del pasillo, vi a Dalia, mi amiga, en un apasionado beso con Darel, el fiel amigo de Caelum. Sus risas y susurros llenaban el aire de una complicidad que no había visto antes.
—¿Estás segura de esto?— susurró Darel, acariciando su mejilla.
Dalia le respondió con una sonrisa suave y asintió.
—Claro que sí, Darel. No necesitamos meses para saber que esto es real.
Se miraron con una intensidad tan pura que me hizo sonreír. Aun en medio de todo el caos, ellos habían encontrado algo especial. Me retiré con cuidado para no interrumpirlos, volviendo al taller con mis hermanas y Arcadion.
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Reino De Lunaris
FantasyEn el reino de Lunaris, donde la magia danza entre los árboles y el cielo guarda secretos, dos almas estaban destinadas a encontrarse. Liora, una joven bruja, vivía con sus hermanas en un bosque encantado, ocultando su magia del mundo. Un día, una t...