Expectativas

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Caelum

Me encontraba en mi habitación, ajustando los últimos detalles de mi atuendo para la cena. Había algo en el aire que me hacía sentir más nervioso de lo habitual, y aunque no lo admitiera en voz alta, sabía perfectamente la razón: Liora. El solo pensamiento de verla esa noche me aceleraba el pulso.

Estaba a punto de ponerme la camisa cuando la puerta se abrió de golpe, y Louis y Daniel entraron sin previo aviso, como siempre lo hacían. Louis, con su eterna sonrisa burlona, fue el primero en hablar.

—¿Qué es esto, Caelum? ¿Tú nervioso por una cena? —se burló, cruzando los brazos mientras se apoyaba en la pared.

—Debe ser una cena especial, ¿verdad? —agregó Daniel, alzando una ceja con curiosidad—. ¿O será que te estás arreglando para alguien en particular?

Rodé los ojos, aunque no pude evitar sonreír un poco. Sabía que no me dejarían en paz hasta que confesara.

—No es cualquier cena —les dije, tratando de sonar despreocupado—. Voy a cenar con Liora.

Eso fue suficiente para que ambos me miraran como si les hubiera soltado la mayor noticia del reino. Louis soltó una carcajada y se acercó a mí, dándome una palmada en el hombro.

—Sabía que había algo raro en ti desde esta mañana. Así que es por ella, ¿eh?

—Deberías agradecerme —añadió Daniel, sonriendo con satisfacción—. Después de todo, fui yo quien te animó a acercarte a invitarla a cenar en primer lugar.

Negué con la cabeza, pero no podía negar que ambos tenían razón. Desde que conocí a Liora, algo en mí había cambiado. Había algo en ella, una mezcla de misterio y fortaleza que me atraía, algo que no podía ignorar.

—¿Y qué piensas hacer? —preguntó Louis, su tono más serio ahora—. Sabes que no es como las demás. Y no solo porque sea hermosa, sino porque... es diferente.

—Lo sé —admití—. Y eso es lo que la hace aún más interesante.

Mis amigos se miraron entre sí, como si compartieran una preocupación silenciosa, pero no dijeron nada más. Sabían que cuando me proponía algo, no había vuelta atrás.

—Solo te diré una cosa, Caelum —dijo Louis mientras se dirigía hacia la puerta—. No la arruines.

Daniel asintió, siguiéndolo
—Buena suerte, amigo.

Cuando se fueron, me quedé en silencio por un momento, mirando mi reflejo en el espejo. No quería que esta cena fuera solo una formalidad. Quería conocer más a Liora, entender qué la hacía tan especial y, quizá, descubrir por qué no podía sacármela de la cabeza.

La puerta volvió a abrirse, esta vez revelando a mi hermana, Elyana. Su sonrisa traviesa ya me advertía lo que venía, y antes de que pudiera decirle algo, ya estaba dentro de la habitación, cruzando los brazos y mirándome con ese brillo divertido en los ojos.

—Vaya, vaya, ¿el gran príncipe Caelum nervioso? —se burló, acercándose con pasos lentos, pero seguros.

—No estoy nervioso... además ¿Cómo sabes que...?— mi hermana me veía con mirada de "¿en serio pensaste que no lo sabría?" Con eso me di cuenta que Daniel y Louis tuvieron que decir en el camino que se toparon

—Daniel y Louis iban anunciandole a todo el mundo sobre tu cita con... Liora.

—Los voy a matar.— dije mirándome el espejo con cara de fastidio. Elyana me miró esperando que le contará sobre ella.

—Claro que no

Luego me lanzó esa mirada de "¿Enserio?" Con Elyana, nunca había forma de ocultar lo que sentía.

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