Secretos en el Aire

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Últimamente, Caelum estaba diferente conmigo. Lo veía reír y bromear con los demás, pero cuando se trataba de mí, su tono se volvía distante. Me hablaba, sí, pero ya no era como antes. Notaba sus gestos fríos, la falta de aquella cercanía que tanto valoraba.

Un día, decidí hablar con él, encontrar el momento para que al menos me explicara qué había cambiado entre nosotros. Caminé por el patio del palacio hasta que lo vi, conversando y riendo con Darel.

- Caelum, ¿podemos hablar? - le pedí, con un tono que intentaba sonar tranquilo, aunque en mi interior todo era una mezcla de duda e incertidumbre.

- Claro, Liora. Pero tengo que hacer algo antes. Espera un momento, ¿sí? - respondió, sin siquiera mirarme a los ojos. Se alejó hacia donde estaban sus amigos, y mi corazón se hundió un poco más.

Mientras lo esperaba, apareció Alanna. Vi cómo me observaba con una sonrisa maliciosa en el rostro, con una expresión de victoria que me heló la sangre. No era que estuviera con Caelum, sino que sabía que él prefería pasar tiempo con otros en lugar de aclarar lo que ocurría entre nosotros.

- Parece que el príncipe está ocupado con sus amigos. Tal vez... tiene mejores cosas que hacer, ¿no? - susurró, con ese tono venenoso tan característico de ella.

Mi paciencia se rompió y, sin poder contenerme me di la vuelta y me empecé a alejar. No entendía por qué me trataba así, por qué se distanciaba si siempre había estado allí para él. La inseguridad crecía dentro de mí, y empecé a pensar que quizá, entre nosotros, ya no había futuro.

Me giré para irme, por que ya debía de estar aquí Seren,había dicho que nos encontraríamos aquí, cuando de repente, en vez de ver a mi hermanita, lo vi a él. El corazón me dio un vuelco al verlo, no pense que viniera después de todo.

- Aquí estoy, Liora. ¿De qué querías hablar? - dijo él, con un tono aparentemente tranquilo.

Sentí una mezcla de nervios y tristeza.

- De nosotros, Caelum. - respondí, intentando mantener mi voz firme.

- Liora, yo... quería hablar contigo sobre lo que ha estado pasando. - comenzó, pero parecía torpe, sin saber realmente qué decirme. Las palabras le salían como excusas mal formuladas.

Caelum bajó la mirada, y después de unos segundos de silencio, habló:

- No es que ya no quiera estar contigo, Liora. Es que... a veces siento que te estoy exponiendo a algo peligroso estando tan cerca de mí. Soy el príncipe y, aunque trato de proteger a todos, no puedo evitar pensar que quienes están a mi lado corren un riesgo que no deberían. - Su voz temblaba ligeramente.

Lo miré, y la mezcla de dolor y enojo que sentía salió a la superficie.

- ¿Sabes? Yo también tengo problemas, Caelum. Pero trato de no alejarme de los que me importan. No me aparto de las personas que han estado siempre a mi lado, no me escondo tras excusas.

Él levantó la vista, sus ojos reflejaban arrepentimiento. Parecía luchar internamente, intentando encontrar las palabras adecuadas.

- Liora, créeme... no es que quiera alejarme. Sólo quiero que estés segura. He visto lo que la ambición y la codicia pueden hacer en la gente que me rodea, y no quiero que seas un objetivo por mi culpa.

Quise decirle que no me importaba correr esos riesgos, pero antes de que pudiera responder, un grito nos interrumpió. Era Elyana, la hermana de Caelum, quien pedía ayuda en la distancia.

Ambos corrimos hacia donde estaba ella. Al llegar, vimos a Seren, tendida en el suelo, inconsciente. La desesperación se apoderó de mí al verla allí, inmóvil.

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