competencia entre príncipes

1 0 0
                                    

Liora

El sol brillaba con fuerza en el cielo, y la brisa fresca de la mañana me llenaba de energía. Había despertado emocionada, lista para disfrutar de un nuevo día en el palacio. Mi plan era sencillo: dar un paseo por el jardín, ayudar en la cocina con los deliciosos platillos y, por último, aventurarme al bosque con mis hermanas para jugar y explorar.

Justo cuando estaba a punto de abrir la puerta, escuché un suave toque en ella.

—Adelante —dije, sonriendo al anticipar la llegada de las concubinas.

Las concubinas entraron con una actitud amable y educada.

—Buenos días, señoritas —saludó una de ellas con una sonrisa.

Naia, que estaba a mi lado, les devolvió la mirada, intrigada.

—¿Qué sucede? —preguntó, sin ocultar su curiosidad.

—Veníamos a darles algunas noticias —respondió una de las concubinas, manteniendo un tono neutro—. Se han implementado nuevas reglas en el castillo.

Seren frunció el ceño, sintiendo que algo no estaba bien.

—¿Nuevas reglas? ¿De qué tipo? —inquirió.

La primera concubina tomó un momento para organizar sus pensamientos.

—A partir de hoy, no podrán salir del castillo a menos que sea absolutamente necesario —dijo, mirándonos con atención—. Hay una actividad programada en la corte, y se espera que los príncipes participen. Creemos que su presencia sería valiosa.

Mis hermanas y yo intercambiamos miradas de confusión.

—¿Solo para los príncipes? —pregunté, sintiendo una mezcla de frustración y desilusión.

—Sí, señorita —respondió la concubina—. Esta actividad está diseñada exclusivamente para los hombres, pero su participación podría influir en cómo los ven los príncipes.

Naia se cruzó de brazos, claramente descontenta.

—No quiero ser parte de eso. No es justo que nos obliguen.

—Entendemos tus sentimientos, Naia —dijo la concubina, tratando de ser conciliadora—. Sin embargo, es importante que estén presentes en el castillo durante estos días.

—Pero, ¿por qué deberíamos aceptar? —preguntó Naia, su voz firme—. No somos prisioneras, y esto parece un castigo.

—Lo sé —respondí, sintiendo que necesitábamos llegar a un acuerdo—. Pero Caelum nos ha ayudado mucho. Tal vez colaborar una sola vez podría ser positivo.

—¿Y si esto se convierte en algo más? —inquirió Seren, con preocupación en sus ojos—. No quiero que nos manipulen.

—Es solo una actividad —dijo una de las concubinas—. Y están en su derecho de decir que no. Pero piensen en las implicaciones que eso podría tener en su relación con la corte.

—¿Y si la corte decide tomar represalias? —murmuró Naia, su desconfianza evidente.

Miré a mis hermanas, buscando un punto de unión.

—Podemos hacerlo, al menos esta vez —dije, tratando de sonar firme—. No será para siempre, y quizás al ser parte de esto, podamos tener una mejor relación con los príncipes.

Las miradas de mis hermanas se encontraron, y después de unos momentos de tensión, Naia finalmente suspiró.

—Está bien, pero solo porque Caelum nos ha tratado bien. Esto no significa que estamos de acuerdo con todo —dijo, asintiendo con firmeza.

Reino De Lunaris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora