Cap.16 Creía que me habías dicho que eras un zorrito.

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 HOSEOK se sentía completamente atónito.

Era consciente de que Jungkook había salido de el y que se había apartado de su cuerpo, pero no era capaz de recobrar completamente la consciencia.

Después de un rato, no supo cuánto, fue siendo consciente de su propia y acelerada respiración. Luego, se dio cuenta de que estaba acurrucado sobre sí mismo, desnudo y que seguía tumbado sobre la hamaca de la piscina.

Tenía aún los ojos cerrados porque no sabía cómo funcionar cuando se sentía tan profundamente cambiada, alterada de dentro a fuerza.

No había esperado que el sexo fuera así, tan... arrollador.

No había esperado que se adueñaría por completo de el, que la transformaría por dentro y fuera, haciéndolo sentir como si su piel fuera nueva, como si nunca más volviera a ser el Hoseok que había sido antes de que aquello ocurriera. Nunca más.

Lo más extraño de todo era lo poco que aquel pensamiento lo disgustaba.

Oyó un débil movimiento y abrió los ojos. Vio que Jungkook se estaba acomodando en una hamaca junto a la de el, por lo que se puso de costado.

Quería apartarse, aunque tal vez no. Le gustaba tocarle. De hecho, se podía decir que más que gustarle le encantaba tocarle, aunque lo de tocarle fuera secundario, porque le hacía sentirse plena.

Decidió no darse la vuelta, pero se arrepintió de no haberlo hecho cuando vio el modo en el que Jungkook lo miraba. El trató de darse la vuelta entonces, pero la dura mirada del rostro de él se lo impidió.

Permaneció tumbado, sin moverse, conteniendo el aliento, mientras él extendía una mano y le deslizaba el pulgar por debajo del ojo.

Estaba húmedo. Jungkook se miró el pulgar y luego le dedicó a Hoseok una mirada acusadora.

–Admito que hacía mucho tiempo dijo.

–Estoy seguro de que te acostaste con todas las mujeres o donceles que pudiste encontrar en cuanto saliste de la cárcel le espetó Hoseok, porque se sentía a la defensiva.

–Nada me habría gustado más replicó Jungkook, pero tenía otras preocupaciones. Así que mis recuerdos de la última vez se remontan a una década. Sin embargo, añadió levantando con gesto arrogante las cejas, estoy esperando a que me digas que me lo he imaginado.

–¿El qué has imaginado?

–Te lo diré una vez más afirmó con un tono letal que hizo que Hoseok se sonrojara. No soporto las mentiras. Ni por omisión ni descaradamente en mi cara. Las odio. No voy a tolerarlas. Es mejor que lo recuerdes, esposo mío.

–No me has hecho ninguna pregunta replicó Hoseok esperando sonar más convincente de lo que sentía. ¿Cómo te podría haber mentido?

De repente, Hoseok odió el hecho de estar desnudo. Se sentó y se frotó el rostro para apoyarse sobre el respaldo y alejarse de él todo lo que le fuera posible.

Tenía la sensación de que debía levantarse, pero no lo hizo. Jungkook era un hombre muy alto y corpulento y le daba la sensación de que él no tenía intención alguna de dejar que Hoseok pusiera distancia entre ellos.

Esa sensación le creó un nudo en el pecho. Se llevó las rodillas al pecho y trató de convencerse de que era una armadura adecuada.

–Tienes aproximadamente tres segundos para contarme la verdad gruñó él.

–Todo contigo es teatro le espetó el. Si ya lo sabes, ¿por qué montas este espectáculo? Dos segundos.

Hoseok frunció el ceño.

Venganza IntimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora