Cap. 18 Yo no maté a mi propio hermano dijo Yoongi

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Lo poseía tantas veces que Jungkook podría haberlo llamado compulsión si no hubiera tenido ya una palabra mucho mejor que esa. Venganza.

Fue venganza cuando lo obligó a cabalgar sobre él hasta que Hoseok sollozó. Fue venganza cuando lo poseyó otra vez en medio de la noche, desesperado por volver a estar dentro de su cuerpo.

Fue venganza cuando se duchaba con Hoseok por las mañanas y el jabón sobre su cuerpo le resultaba una tentación imposible de resistir.

No hacía más que decirse que era venganza, porque era lo único que le permitía ser. Venganza era la razón por la que estaba allí. Venganza era la única razón por la que se había casado con Hoseok. Venganza era la única explicación que aceptaba.

Durante el día, se contenía.

Le resultaba fácil. Había vuelto a trabajar en Wang Trust, con todo lo que había disfrutado en su antigua vida y con muy poca resistencia. Jungkook sabía por qué. Sabía que Jackson Wang no le habría entregado tan fácilmente las riendas de su imperio si no tuviera miedo de lo que podría pasar si no lo hacía.

Sin embargo, no había razón alguna para emitir acusaciones cuando no tenía más pruebas de lo bien que conocía a Jackson. Al menos, aún no.

Resultaba más fácil dejar que el tiempo pasara, recopilar pruebas poco a poco, apretar el nudo lentamente.

Mientras, esperaba que el inevitable cuchillo volviera a clavársele en la espalda.

A la luz del día, resultaba fácil ver a Hoseok como el enemigo que sabía que era. Pero por la noche, las cosas se complicaban. Cuando estaban solos en casa, él solo era un hombre y Hoseok el doncel al que no podía dejar de tocar.

–No soy un muñeco le dijo Hoseok una de esas noches, cuando Jungkook no había podido evitar saborearlo en el coche mientras se dirigían a casa y entraban en el dormitorio.

Había hecho que el servicio le organizara un nuevo vestidor allí, de manera que se pareciera al taller de la diseñadora que le había confeccionado el traje de novio doncel. Había vestidos a un lado, trajes al otro, accesorios por todas partes...

–Puedo vestirme solo, muchas gracias.

Jungkook pensó que, al principio, la voz de Hoseok era más duro cuando se dirigía a él. Más brusco. A lo largo de aquellas semanas juntos, había cambiado. Era más suave, más dócil de todas las maneras que a él le gustaban más.

Incluso en momentos como aquel, cuando le fruncía el ceño y tenía los brazos cruzados sobre el pecho y la espalda muy recta.

–Eres mi esposo doncel respondió él. Puedes vestirte como quieras. ¿Por qué lo haces como si fueras un triste oficinista que tiene un mal gusto innato por las ropas bonitas? No lo sé, pero no importa añadió indicando las elegantes y glamurosas prendas que había por todas partes. Deseo que mi esposo se vista así.

–Supongo que te darás cuenta de que todo lo que acabas de decir es ofensivo. Incluso insultante.

–Pues tendrás que hacerte más duro, Hoseok mou sugirió él perezosamente,  aunque no apartó la mirada de él durante un momento. O jamás podrás sobrevivir a esto.

–Pensaba que de eso se trataba precisamente replicó Hoseok. Va a ser más difícil convertirme en polvo bajo tus pies si soy lo suficientemente duro como para sobrevivir al impacto.

Jungkook lo tomó entre sus brazos. Sus manos contra la piel de Hoseok susurraban todas las verdades que él no quería afrontar.

La noche era una mentirosa y él se negaba a permitir que le convirtiera a él también en lo mismo.

Venganza IntimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora