Cap. 7 Me voy a casar con su primo Hoseok.

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Lady Susan acostumbrada a hablar sin pensar en ocasiones dijo:

–Estoy seguro de que no se trata de eso comentó lady Susan.

–No, esa es exactamente mi intención afirmó Jungkook. Tal vez esta noche estoy siendo innecesariamente dramático. No me importa si, algún día, podéis alcanzar la felicidad, pero preferiría que eso no ocurriera al menos en los próximos diez años. Para igualar las cosas.

–Eso es absurdo dijo lady Susan, casi presa de un ataque de histeria.

–En realidad, no me refería a ti, Susan le aseguró Jungkook, con un tono cálido en su voz que hizo que Hoseok se estremeciera, aunque la interpelada no pareció darse cuenta. No creo que seas capaz de ser feliz. Si fuera así, no serías tan cansina.

Desde que conocía a Susan, Hoseok nunca la había visto quedarse sin palabras. Sin embargo, siempre había una primera vez para todo y aquella noche ciertamente parecía ser la primera. Se quedó boquiabierta, pero no fue capaz de decir absolutamente nada.

–Así que se trata de venganza dijo Jackson después de un instante. Por eso has vuelto aquí corriendo, en cuanto te han soltado. Venganza.

–¿Acaso quieres que, con esas palabras, me sienta un hombre inferior o despreciable? ¿Acaso quieres que me avergüence para que olvide lo que me hiciste? Pronto te darás cuenta de que no siento ningún tipo de vergüenza.

–Escucha, todos estamos encantados por colaborar y ayudarte a ajustar tu vida después de algo tan desagradable comentó Taehyung, pero no puedes esperar que aceptemos la responsabilidad del veredicto del jurado. Además, nosotros fuimos los que perdimos a un miembro de nuestra familia.

–Al contrario, espero que aceptéis toda la responsabilidad replicó Jungkook con una ferocidad reposada, pero muy amenazante. Pero eso no es todo. También espero que aceptéis mis exigencias. Todas y cada una de ellas. Y dejadme que os advierta que no os van a gustar.

–Pues tú dirás dijo Jackson cuadrándose de hombros e ignorando las miradas de asombro que recibía de sus hijos. Dinos cuáles son tus exigencias.

Jungkook sonrió de nuevo.

–Será más productivo considerar todo esto un proyecto de restauración, y no una venganza como tal. Puede que así os sintáis mejor, aunque, por supuesto, eso es lo importante. Es lo que me guía.

–Está disfrutando con esto rugió Yoongi mientras se levantaba y arrojaba la servilleta sobre el plato, aunque no pareció importarle que esta terminara cayendo al suelo. Está disfrutando de cada segundo.

–¿Acaso no lo disfrutarías tú? le preguntó Hoseok con un tono de exasperación que nunca había imaginado que poseía.

Todos se volvieron a mirarlo e, inmediatamente, deseó que se lo tragara la tierra. Ni siquiera sabía de donde había salido aquello. Llevaba veinte años soportando las protestas y la ira de Yoongi, desde el día en el que su padre lo llevó a casa y, sentado ante aquella misma mesa, tuvo que escuchar cómo Yoongi se quejaba de que su padre se dedicara a recoger vagabundos.

No se había dado cuenta de que no había podido olvidar nunca aquel momento.

–¿Qué es lo que acabas de decir? le preguntó Yoongi en tono beligerante.

–Que por supuesto que está disfrutando con esto. Si yo hubiera tenido que pasarme diez años en una cárcel, estoy seguro de que habría elaborado planes de venganza y disfrutaría viendo cómo se desarrollan. Esto no es nada más que una cena incómoda para ti, Yoongi. No es una celda en la que hayas tenido que estar una década a pesar de ser completamente inocente de los delitos de los que se te acusaba.

Venganza IntimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora