Tener que renunciar al amor de tu vida por aquel que consideras tu hermano.
Esa era la más difícil decisión de Moisés, tenerla tan cerca y a la vez tan lejos. . .
Tenerlo tan cerca y no poder estar junto a el, sus sentimientos la consumían, el e...
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El sol resplandecia por toda la tierra trayendo consigo mismo un nuevo amanecer y día para Egipto. El Horus vivo, el Dios rey había transmitido un nuevo decreto para la familia real y sus súbditos. Un decreto que sería beneficio para muchos y para otro el peor día de su vida.
La familia real yacia en la gran sala del trono consumiendo sus alimentos matutinos. Los príncipes cómo siempre llegaban retrasados 10 minutos tarde, acción que le disgustaba al faraón. Por otro lado la seriedad en la reina era más que notoria, seriedad que pudo percibir su hija, la princesa Henutmire.
— Madre...¿Todo está bien? — preguntó con suavidad la Princesa.
— Tu padre — habló en voz baja. Henutmire sabía perfectamente el asunto de esta conversación. — Sus decisiones nos traerán problemas una vez más — se lamentó.
— Supongo que ya sabes que ha nombrado a Moisés como su nuevo heredero — dijo la princesa, esas palabras bastaron para hacer girar de inmediato a la reina, lo sabía, Henutmire lo sabía todo, entendía perfectamente su preocupación.
— Ramsés no tiene que saber nada de esto, hija — sugirió preocupada la gran esposa real.
— Demasiado tarde madre...mi padre pretende hacer pública su decisión — suspiró preocupada. Su atención fue dirigida hacia Moisés quien yacía al lado de Ramsés, su temor aumentaba en cada segundo l, las emociones e impulsos de su hermano menor la aterraban por completo. Estaba decidida, haría cualquier cosa por defender la vida de su único hijo.
La voz de Seti la había hecho salir de golpe de sus pensamientos,devolviendo su atención hacia el soberano.
— Cómo ya lo sabrán he ordenado a organizar una fiesta de celebración en este día — habló el rey de Egipto.
— ¿Una fiesta? Por los dioses padre es una magnífica noticia — dijo eufórico el príncipe Ramsés. —
— Tengo un asunto muy importante que comunicar para todos, eso incluye a mis súbditos y nobles del reino — dijo al beber de su vino. Por otro lado las palabras del rey habían provocado la curiosidad de su nieto, que era ese tema tan importante que había ocasionado que el rey mandara organizar un gran banquete, pero no hubo ninguna respuesta a sus preguntas.