Tener que renunciar al amor de tu vida por aquel que consideras tu hermano.
Esa era la más difícil decisión de Moisés, tenerla tan cerca y a la vez tan lejos. . .
Tenerlo tan cerca y no poder estar junto a el, sus sentimientos la consumían, el e...
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Tras aquél anuncio, las cosas para Moisés y Ramses se complicaban cada día más, su amistad ya no era la misma de antes, la decisión del Faraón lo había cambiado todo. Aquellos amigos ahora simplemente se trataban cómo simples extraños.
No solamente tenía que cargar con el peso del futuro de toda una gran nación, sino también ahora con la indiferencia de aquel a quién consideraba cómo un hermano de sangre. . .
— Hijo mío.
— Mamá — la recibió al darle un beso en la frente.
— Vine a ver cómo te encuentras querido, desde hace días que has estado muy presionado con las tareas que te dio mi padre — dijo preocupada la princesa Henutmire.
— Puedes estar tranquila mamá, estoy bien — sonrió, pero esas palabras no bastaron para convencerla. Henutmire conocía perfectamente a su hijo cómo a la palma de su mano, sabía que la situación con Ramsés lo afligia, sus temores poco a poco se iban cumpliendo. . .
— Por los dioses hijo no me mientas — dijo al colocar sus manos sobre sus hombros — Se qué ser el príncipe de la corona no es nada sencillo y sobre todo se que tú amistad con Ramsés se ha visto afectada por esto.
— Ramsés me odia mamá — Sollozó cabizbajo.
— Claro que no te odia hijo, sólo está molesto por las decisiones del rey — intento persuadirlo pero todo era inútil.
— No lo creo — se giró hacia la princesa — Lo ha demostrado estos últimos días.
— Por favor hijo mío ten cuidado con Ramsés — dijo con voz frágil, la expresión de confusión en el rostro de Moisés se reflejo al instante, había temor en las palabras de su madre.
— Mamá, ¿Por qué dice eso? — preguntó confuso.
— Sabemos que mi hermano puede llegar a ser muy impulsivo en sus acciones, la última vez estuvo apunto de matarte — dijo exaltada.
