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— Mi señora me alegra verla más animada  — dijo karoma

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— Mi señora me alegra verla más animada  — dijo karoma. — Al parecer su desayuno con el príncipe Ramsés le ayudo bastante. — la miró con complicidad.

— Debo admitir que estos días Ramsés ha sido un buen amigo, pero no es nada de lo que te estas imaginando mi amiga — dijo con una tierna risita.

— Estoy segura que el príncipe no desistira en estar con usted — agregó intrigada.

— El sabe perfectamente mis sentimientos — resoplo al servirse una copa de jugo. — No quiero involucrarme en temas del amor por ahora.

— Si yo fuera usted le diera una oportunidad — dijo risueña provocando una pequeña risita en Nefertari.

Pero sin esperarlo su buen rato estaría apunto de nublarse por una visita que ya no esperaba ver desde hace meses. Moisés se había adentrado en el harem, ahí estaba el frente a frente con ella.

Podía sentir cómo su cuerpo se estremecia de golpe de tan solo volver a verlo, habían pasado tantos días en los que sus ojos ya no conectaban sus miradas.




— Karoma por favor nos puedes dejar a solas un momento — dijo el príncipe de la corona.

Karoma de inmediato miró a Nefertari, ella le dedicó una sonrisa para tranquilizarla. La dama asintió ante la reacción de su señora para después dejarlos solos.


— Moisés.. ¿Qué haces aquí? — preguntó al desviar su mirada.

— ¿Podemos hablar? — solicitó mientras la miraba. Nefertari accedió a su petición no tan contenta después de todas las cosas que sucedieron entre ellos.

— Ya estas aquí, no me queda más remedio que aceptar cierto — dijo sería al tomar una uva sin darle tanta atención.

— Por favor Nefertari mirame — insistió al acercarse un poco más.

— ¿Qué es lo que quieres Moisés? — lo cuestionó la joven. — No crees que deberías de estar con tu prometida.

— Y tu seguramente irás con Ramsés no es así? — cuestióno con molestias.

𓂀 ℚ𝕦é 𝕙𝕦𝕓𝕚𝕖𝕣𝕒 𝕤𝕚𝕕𝕠 𓂀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora