Tener que renunciar al amor de tu vida por aquel que consideras tu hermano.
Esa era la más difícil decisión de Moisés, tenerla tan cerca y a la vez tan lejos. . .
Tenerlo tan cerca y no poder estar junto a el, sus sentimientos la consumían, el e...
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Aquel beso sería el inicio de un nuevo comienzo. . .
Parecía que todo volvía a la normalidad después de ese día, los colores volvían a la vida de la hija del sacerdote Paser, aquella tristeza que la abundaba se había ido. Su relación con Moisés sin duda ya no sería la misma, aquellos niños que iniciaron una linda amistad habían crecido, compartían sentimientos que los unían el uno al otro, sentimientos que no serían borrados tan fácilmente, un sentimiento que viviría con ellos por el resto de sus vidas.
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Durante todo el almuerzo real, la sonrisa ilustre del hijo de la hija del rey no se borraba por ningún motivo, el solo hecho de pensar en Nefertari lo motivaba aún más y seguir rindiendo en su día. Tan solo recordar el dulzor de sus labios y el calor de su piel lo volvían loco, estaba perdido en aquella mujer.
- ¡Moisés! - exclamó en voz alta Ramsés sacando de sus pensamientos al joven príncipe.
- No había necesidad de gritar Ramsés - dijo disgustado llevando una mano a su oído derecho.
- Lo siento amigo pero cómo últimamente andas en las nubes - río sarcástico -¿Listo para entrenar?
Pero antes de que una sola palabra saliera de la boca de Moisés, una linda presencia lo hizo desviar su atención, una hermosa joven que se ocultaba por los pasillos aguardando lo.
