Tener que renunciar al amor de tu vida por aquel que consideras tu hermano.
Esa era la más difícil decisión de Moisés, tenerla tan cerca y a la vez tan lejos. . .
Tenerlo tan cerca y no poder estar junto a el, sus sentimientos la consumían, el e...
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El distanciamiento entre los príncipes aumentaba con el paso de los días, después de aquella pelea algo se había roto por completo. La familia real junto a los nobles del reino comenzaban a darse cuenta de la lejanía de ambos muchachos, su relación de hermandad ya no era la misma de antes, había terminado por completo.
Inclusive los murmullos de los siervos comenzaban a esparcirse por todo el reino, estas noticias para nada alegraban los oídos del rey Seti, la unión de sus príncipes había desaparecido cómo el humo.
Pero los problemas nunca faltaban para el príncipe Moisés, no solamente tenía que lidiar con las peleas con Ramsés, ahora también con la desaprobación de su abuelo al no aceptar su compromiso con Nefertari. No era la indicada para el trono, no traería beneficios para Egipto, solamente era la hija de la sierva de su hija y de un sacerdote común, esos eran los pensamientos que Seti tenía de la linda joven de ojos marrones. . .
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- Príncipe Moisés sea bienvenido - lo reverencio Yunet.
- Gracias Yunet, dime está por aquí Nefertari? - dijo tratando de encontrar con la mirada a su novia. Y el contactó se había hecho en un instante, ahí estaba su amada al lado de su dama consumiendo sus alimentos nocturnos. Moisés estaba fascinado, la belleza de Nefertari era indescriptible, incluso comiendo se veía preciosa.