Tener que renunciar al amor de tu vida por aquel que consideras tu hermano.
Esa era la más difícil decisión de Moisés, tenerla tan cerca y a la vez tan lejos. . .
Tenerlo tan cerca y no poder estar junto a el, sus sentimientos la consumían, el e...
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Parecía un mar de gente, la sala del trono estaba totalmente llena debido a los invitados aliados vecinos del rey, incluyendo a los nobles del reino. Todas las vistas iban directamente hacia la pareja comprometida, pero en donde estaba la novia que no llegaba a su boda???
- Tranquilo hijo mío, Maya vendrá - aseguró Henutmire.
- Eso no es lo que me preocupa madre - murmuró levemente el futuro rey.
- ¿Entonces? Debes estar tranquilo hijo, es normal que los nervios te estén atormentando en este día bendito por los dioses - dijo la princesa, pero ninguna de sus palabras podían calmar la inquietud de Moisés.
- Moisés.
La voz imponente de Seti lo había hecho volcar toda su atención en su rey.
- Si mi soberano - lo reverencio.
- Estoy muy contento por ti hijo, en todo esté tiempo has demostrado ser capaz y merecedor del trono de Egipto y ahora te casaras con una de las mujeres más hermosas de nuestro reino. - dijo orgulloso guiando sus pasos en dirección al príncipe, con una sonrisa había dado una palmada en el hombro de su nieto. Moisés pudo ver la gratitud y orgullos del rey sobre su rostro hacia el, despues de todo el faraón lo estimaba y amaba como si fuera su propio hijo sin importar sus orígenes.
El sonido de las puertas de la sala del trono llamaron la atención de todos, se trataba de la reina y varias damas del harén, junto con ellas Nefertari. Sintió cómo su corazón palpito rápidamente una vez más al verla ahí, lucia tan hermosa y perfecta.
El contacto de sus miradas por un instante se dio, pero la frialdad e indiferencia de la joven seguía hacia el hijo de la princesa. . .
Y finalmente el anuncio de la llegada de la novia se anunció por el sacerdote Paser, y así las grandes puertas fueron abiertas nuevamente dejando ver al sumo sacerdote Siamon, a su lado yacia su hija, Maya.
La miraban con tanta grandeza y sorpresa, estaba tan radiante y bella con ese vestido, esos accesorios y esa linda sonrisa que emanaba en su rostro. La joven buscaba desesperadamente con la mirada a su futuro marido, y estaba ahí delante de sus ojos aguardando por ella. Moisés sin duda no dejaba de verla, la presencia de Maya lo dejaba completamente embobado pero por otro lado estaba Nefertari, por un momento pudo ver como Ramsés se había colacado al lado de la joven, acción que lo hizo enojar pero debía controlarse, debía controlar esos celos, no podía hechar a perder todo en estos momentos por sus impulsos.
