Sienna Marlowe solía tenerlo todo, una vida como Kook, el respeto de los Cameron y un futuro asegurado.
Pero cuando su padre desaparece, llevándose consigo su prestigio y sus secretos, todo cambió.
Su mundo, antes lleno de lujos, se desmoronó, y Sie...
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BAJO LA SUPERFICIE
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Después de que John B recuperara la conciencia, la tensión entre el grupo era palpable. Kiara y Pope, quienes antes peleaban con JJ sobre lo sucedido, ahora se volvían hacia Sienna.
''Si no hubieras estado de acuerdo con JJ en que agarrara el arma, esto no habría pasado,'' insistía Kiara.
Sienna trataba de defenderse, pero sus palabras se ahogaban en el clamor de las acusaciones. ''Si JJ no hubiera hecho eso, John B habría acabado ahogado'' Replicaba ella.
Kiara, aunque aún molesta, sabía en el fondo que Sienna tenía razón. Sin embargo, la tensión no se disipaba, y la noche avanzaba rápidamente.
Finalmente, Sienna decidió que lo mejor era dejar la conversación para mañana. Se dirigió a su casa, sabiendo que probablemente toda la culpa recaería sobre JJ. A pesar de su papel en el incidente, él siempre parecía ser el chivo expiatorio del grupo.
Al llegar a casa, Sienna ya sabía lo que le esperaba. La puerta de su hogar estaba entreabierta, y al cruzar el umbral, la voz de su madre resonaba como un eco en cada rincón.
Era una voz que se había vuelto familiar, un sonido que la perseguía en cada conversación, y que ahora inundaba su mente con gritos llenos de decepción y frustración.
—¿Se puede saber qué es lo que pasa por tu mente? —comenzó su madre, la voz elevada, rebosante de frustración. —Te he dicho mil veces que no quiero que te juntes con esos Pogues. Te están desviando del camino, y lo sabes. En vez de intentar recuperar la conexión con los Cameron, decides irte con ellos, como si no te importara nada de lo que hemos trabajado. ¿Es que no piensas en las consecuencias de tus acciones? ¿Te has vuelto tan ciega que no ves lo que realmente está en juego?
Las palabras de su madre le golpearon como un puñetazo en el estómago. Sienna apretó los labios, tratando de contener la rabia que burbujeaba en su interior.
—¿Todavía sigues con la idea de que puedes reformular algo con los Cameron? ¡Los Cameron se están riendo de ti! Se regocijan en tu situación, burlándose de cómo no te atreves ni a salir de casa. Si quieres reformular algo, entonces ve hacia ellos. Será un espectáculo para ellos ver cómo te humillas sola. ¿De verdad crees que al intentar volver a acercarte a ellos vas a recuperar algo?
—¿De verdad crees que tienes el derecho de hablarme así? —escupió su madre, con los ojos llenos de desprecio. —Eres una ingrata que no entiende nada. ¿Te crees tan especial? Los Cameron son lo mejor que podrías haber tenido, y tú los desprecias como si fueran basura. No eres más que una niña egoísta que se aferra a sus amigos pogues, como si fueran la solución a tu miserable vida.
