15𓍯 ִֶָ

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CHOCANDO CONTRA LO INESPERADO

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Sienna no paraba de moverse, ajustándose en distintas posiciones mientras intentaba desesperadamente que la chincheta funcionara en la cerradura de la puerta.

Lo que había creído que sería su herramienta de escape estaba resultando inútil.

Después de incontables intentos fallidos, soltó un suspiro de frustración y le dio una patada a la puerta, sin saber qué más hacer. Entonces, detrás de ella, escuchó un leve clic.

La puerta se abrió lentamente, en completo silencio. Sienna se giró, sorprendida, y se encontró con una cara inesperada: Wheezie Cameron, que le hacía una seña para que saliera de inmediato.

—Escucha, yo no estuve aquí, ¿vale? Nadie te ayudó; fue el viento, un fantasma, lo que quieras —susurró Wheezie con una sonrisa, mirándola con urgencia.

Sienna, al ver el gesto inesperado de Wheezie, quedó sorprendida. Una media sonrisa, mezcla de alivio y agradecimiento, apareció en sus labios.

La lealtad de la joven Cameron en ese instante significaban más de lo que podía expresar en palabras.

—Gracias, Wheezie... de verdad —dijo Sienna, sinceramente aliviada. Wheezie intentó mantener una expresión neutral, pero su gesto de complicidad se asomó en una pequeña sonrisa.

—Si vas a salir de aquí, hazlo ya. Y recuerda: ni yo, ni nadie, te abrimos esta puerta —añadió en un susurro, dándole un leve empujón para que se apresurara.

Sienna asintió, conmovida y agradecida. Sin perder un segundo, se deslizó fuera, bajó las escaleras y, antes de salir de la casa, miró hacia atrás para lanzarle una última mirada de gratitud a Wheezie, quien, con una expresión fingidamente indiferente, le devolvió un breve gesto de despedida.

Sienna bajó las escaleras rápidamente, cuidando de no hacer ruido. Al llegar al pie, avanzó hacia la puerta principal, que abrió con cautela, asegurándose de cerrarla con el mayor silencio posible tras de sí.

Sin embargo, su precaución fue en vano; la puerta se abrió de golpe, revelando a Rafe Cameron, que la observaba con una mirada fría y calculadora, como si hubiera sabido todo el tiempo que ella estaría ahí, intentando huir.

Sienna, entonces, comenzó a correr, sin saber realmente hacia dónde iba.

Cada paso era impulsado únicamente por el deseo de alejarse lo más rápido posible de ese lugar.

En otras ocasiones se habría congelado, paralizada por el miedo o la incertidumbre, sin atreverse siquiera a intentarlo.

Pero esta vez era diferente: necesitaba escapar, necesitaba contar lo que había visto con sus propios ojos.

IMPOSSIBLE / RAFE CAMERON / JJ MAYBANK?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora